“Todos los bailarines en Cuba somos lo que somos gracias a Alicia Alonso”, dijo Roberto Rodríguez , primer solista de la Compañía Nacional de Danza de México .

Ayer, a los 98 años falleció la legendaria figura de la danza latinoamericana, Alicia Alonso, en el hospital Cimeq de La Habana , comunicó el Ballet Nacional de Cuba , institución que fundó a mediados del siglo pasado, y que Alonso llevó por el mundo.

Bailarina, maestra y coreógrafa, Alonso convirtió el ballet clásico en un arte popular en la isla . La “ Prima Ballerina Assoluta ” formó una de las escuelas más grandes del mundo de ballet clásico, cuyos bailarines han llegado a los grandes teatros y compañías.

“Gracias a ella, Cuba tiene una escuela y nombre mundial, expresó el bailarín Roberto Rodríguez quien a los 17 años ingresó al Ballet Nacional de Cuba, tras una formación de ocho años en varias instituciones y una selección estricta que le permitió realizar su mayor sueño: “Para todo niño que empieza en el ballet, su meta más importante es ingresar al Ballet Nacional de Cuba, el que más viaja, el de más renombre. Todo bailarín, toda la gente en la calle, en un taxi, todos sabían quién era ella, una mujer que en los años 40 se apoderó del mundo; no sólo era icono del ballet, sino de todo Cuba. Ella tenía magia, te enseñaba todo, cómo caminar, cada rol; te daba todo. Sabía de dónde salía la historia”.

Uno de los mayores aportes de Alicia Alonso es que creó un método de bailar ballet clásico que tomó en cuenta las características del cuerpo de los cubanos y latinoamericanos, explicó el crítico de danza Juan Hernández: “Lo que ella buscaba era que el cuerpo latinoamericano alcanzara el virtuosismo desde su propia condición y naturaleza, y le dio al mundo un tipo de bailarín latinoamericano que no existía antes. Tenemos el tipo de bailarín ruso, italiano, francés, anglosajón, que tienen características muy específicas; es hasta la escuela cubana de ballet que podemos hablar de una manera de bailar ballet latinoamericana. Elevó al virtuosismo que la danza clásica exige el cuerpo latinoamericano, en el mismo nivel de las grandes escuelas del mundo”.

Hernández, colaborador de “ Confabulario ”, suplemento de EL UNIVERSAL, expresó que es una pérdida enorme para la danza latinoamericana y mundial porque Alicia Alonso es una de las primeras figuras, una leyenda de la danza clásica de todo el mundo. “Con su muerte se convertirá en un mito de la cultura universal".

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Recordó que Alonso estrenó "Giselle", su obra cumbre, justo con el American Ballet Theater, en Nueva York, y que fue la primera figura latinoamericana que se destacó en un escenario de esta magnitud en Nueva York. "Ahí es donde consigue llegar al virtuosismo técnico que le permite interpretar los ballets clásicos y románticos más importantes del repertorio del ballet mundial".

Alonso, relató Hernández, "se opuso a la dictadura de Fulgencio Batista y dejó de presentarse en Cuba, se llevó sus bailarines a Estados Unidos. Su figura siguió creciendo, no sólo en Estados Unidos, ella fue la primera que bailó en los ballets Kirov y el Bolshoi, y se puso al tú por tú con las máximas figuras del ballet que estaban en Rusia".

Nacida en La Habana el 21 de diciembre de 1920 y de padres españoles, Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo comenzó a bailar a los nueve años, desarrolló parte de su formación en Estados Unidos y desarrolló una larga y laureada carrera que la llevó con papeles protagonistas a los principales escenarios del mundo.

Alonso inició sus estudios en La Habana en 1931, en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical. Posteriormente, se trasladó a los Estados Unidos y continuó su formación con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores eminentes de la School of American Ballet.

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Su actividad profesional comenzó en 1938, en Broadway; se incorporó al Ballet Theatre of New York en 1940, año de su fundación. En 1948 fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba.

El apellido Alonso lo tomó de su marido, el bailarín cubano Fernando Alonso, con quien fundó la compañía, que tras el triunfo de la Revolución cubana, en 1959, pasó a ser el Ballet Nacional de Cuba.

La noticia de la muerte de la legendaria figura cubana de la danza generó cientos de reacciones en redes sociales y en medios en todo el mundo.

El bailarín y coreógrafo argentino Julio Bocca declaró que con su muerte se va a echar de menos su “lucha por la calidad en la danza”. “Se la va a extrañar muchísimo... Su personalidad, su fuerza, su lucha por la calidad en la danza... Se la va a extrañar mucho, mucho mucho”, señaló Bocca, que conocía a Alonso desde hace más de 30 años.

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En Miami, Alihaydee Carreño Delgado, una de las discípulas de Alicia Alonso, dijo que pese a la “alianza” de su maestra con el gobierno de Cuba ella siempre será una “diosa del ballet” para los que aprendieron su “fuerte” técnica. “Los bailarines de Cuba siempre han visto en Alicia la leyenda, la patrona de todos los que le debemos a ella la carrera”, manifestó Carreño, quien llegó a ser una de las primeras figuras del Ballet Nacional de Cuba (BNC).

La bailarina mexicana Elisa Carrillo, ganadora del Premio Benois de la Danse 2019, considerado el Oscar de la Danza, escribió: “Acabo de enterarme con mucha tristeza del fallecimiento de Alicia Alonso. Cuba y el mundo pierden un baluarte de la danza clásica. Envío un fuerte abrazo y mi más sentido pésame a sus familiares y a todo el pueblo cubano. Q.D.E.P.”

La UNESCO, que nombró a la artista embajadora de Buena Voluntad en 2002, se unió al pésame por el deceso.

nrv

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