Culminaron las dos primeras rondas de negociación del TLCAN. A pesar del clima de incertidumbre imperante, dichas reuniones transcurrieron normalmente. La negociación es un proceso de decantación de posiciones hasta llegar a un resultado. Estas primeras dos rondas, haciendo una analogía boxística, constituyen “rounds de sombra”. No obstante lo anterior, algunos miembros del sector privado y del Congreso han expresado preocupaciones, principalmente respecto a la supuesta falta de información sobre el estado que guardan las negociaciones. Entre otras cosas, se ha argumentado “no tener conocimiento de lo que sucede en las mesas”. Sobre el particular habría que hacer las siguientes consideraciones.

Estado temprano de las negociaciones. A pesar de ser una negociación que pretende llevarse a cabo de manera acelerada, aun nos encontramos en una etapa muy temprana del proceso. Aunque ya se conocen algunas de las posiciones controvertidas para algunos temas, aun no se ha identificado el universo completo de estos temas. Ello se sabrá hasta la cuarta o, incluso, la quinta ronda.

Equipo negociador. México cuenta con un equipo experimentado de negociadores. Se debe confiar en ellos tanto en el cuarto de negociación como afuera del mismo. Cada negociador sabrá el momento y la sustancia de las consultas respectivas. Los mecanismos institucionales de consulta, como el “cuarto de junto”, se encuentran funcionando para facilitar este proceso. El activo más importante que tiene un negociador es su palabra. La transparencia es buena y necesaria, pero el negociador debe evitar ante todo cualquier filtración que pudiese contaminar o afectar su credibilidad frente a sus contrapartes.

Del lado del sector privado, se espera un sector progresista. Un sector privado que no repita la misma retórica proteccionista de hace más de 20 años. Un sector privado activo en la presentación de propuestas para mover la negociación hacia adelante. Un sector privado en constante contacto con sus afiliados o clientes del otro lado de la frontera, que los sensibilice sobre la importancia de obtener un acuerdo en el que ganen los tres países.

Por lo que toca al Congreso, se necesita un Senado informado pero que también entienda su papel constitucional. El Ejecutivo negocia, el Senado aprueba.

Es plenamente entendible el interés de toda la sociedad en esta negociación. Mucho está en juego. La incertidumbre que se vive genera ansiedad y dicha ansiedad se traduce en querer estar al tanto de cada detalle e incluso tratar de intervenir en la misma. La negociación es un proceso, dicho proceso lleva sus tiempos. Estamos en manos de buenos negociadores que conocen el camino. Que se les exija pero al mismo tiempo que se les deje trabajar. Que cada actor juegue su papel con el objetivo común de alcanzar el mejor acuerdo posible.

Profesor Titular. Facultad de Derecho. UNAM.
Ex juez del Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio
Twitter: @ricardoramirezh

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