Ya están los cuatro equipos clasificados a semifinales de la Champions League, y son todos de países distintos:
Liverpool (Premier League), Real Madrid (La Liga), Bayern Munich (Bundesliga) y AS Roma (Serie A).


El Liverpool, de Jürgen Klopp, apabulló al Manchester City, de Pep Guardiola, quien después de gastarse más de 500 millones de euros en jugadores (la mitad en defensores) se vio como equipo chico en toda la serie. Fue alarmante y frustrante ver cómo el conjunto de Pep, no tuvo ninguna  sorpresa, variante, cero pragmatismo para quebrar a los de Klopp. Pep se muere con la suya: sin duda un futbol vistoso, pero que en momentos que cuentan, no le alcanza para avanzar en la Champions. Ya llevan tres derrotas al hilo y aunque se quedarán con el título de la Premier, este fracaso a nivel europeo y la derrota ante el United la semana pasada le quita brillo a la temporada.


El Bayern, de Jupp Heynckes se perfila como el gran candidato, aunque se vieron un poco deslucidos ante el Sevilla, un equipo que tiene en su ADN el saber como jugar este tipo de competiciones. De la mano de James Rodríguez, Heynckes armó una estructura sólida y normalizó las relaciones en el grupo después del desbarajuste en la era Ancelotti. Sin ninguna preocupación afuera de la Champions League (se coronaron la semana pasada) el Bayern se ve más peligroso porque cada uno sabe su función en la cancha y no se complican. Definitivamente el rival a vencer. 


La Roma, de Eusebio di Francesco parece el rival menos complicado, aunque después del toque que le dieron al Barcelona, nadie puede tomarlos a la ligera. Di Francesco hizo un trabajo tremendo en la semana previa al encuentro: diseñó la táctica ideal y cada uno de los jugadores siguieron el plan desde la A a la Z. Se comieron a un Barça que se vio timorato y sin ganas.
Llegamos al Real Madrid, que ayer jugo probablemente el peor partido de la temporada (la primera vez que le hacen tres de local en Europa). Todo lo que habían hecho bien en Turín hace una semana lo deshicieron ayer. El único que se salvó fue Ronaldo. 


Los merengues extrañaron una enormidad a Sergio Ramos (quien tampoco estará en el próximo partido por estar en el banco de suplentes antes de terminar el juego). Un partido para olvidar de Keylor Navas: la directiva ya tiene la excusa perfecta para buscar un arquero este verano. Sobre el penalti: si el árbitro inglés Michael Oliver (33 años) no lo cobraba se hubiese desatado la misma polémica. Lucas Vázquez se aviva y apenas siente el contacto se tira. El contacto en el área existió, no hay duda. Pero son esas faltas que no se sabe si se cobrarían a mediacancha. Buen momento para recordar que por primera vez en 80 años no habrá árbitros ingleses en el Mundial. Por algo será. 

futbol@eluniversal.com.mx

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