Por fin se tomó la decisión de quién dirigirá a la Conade en el siguiente sexenio. Se escuchaban muchos nombres, muchos proyectos, pero debíamos esperar la decisión final.
La designación de la senadora Ana Gabriela Guevara terminó con las incógnitas de quién debería estar al frente de la Comisión de Cultura Física y Deporte. Hubo grupos que presentaron planes de trabajo, pero la que más posibilidades tenía por su experiencia y por lo realizado dentro del deporte mexicano, fue la elegida por Andrés Manuel López Obrador. 

Este ha sido el sueño de toda su vida, desde que se equivocó al aliarse con Carlos Hermosillo, experiencia que le sirvió de mucho, hasta ahora que se le presenta esta gran oportunidad para servir de primera mano al deporte mexicano. Con la experiencia que tiene dentro de la administración pública —como diputada, senadora o directora del Indeporte—, no debe tener problemas para identificar las necesidades, así como saber llevar lo complejo que es lidiar con las federaciones nacionales, distinguir a las que son honestas y a las otras que han existido haciendo demagogia, sin importarles el desarrollo de su deporte.

Ana Gabriela conoce de pies a cabeza a todos los dirigentes, por ese lado será sumamente hábil para trabajar con dichas instituciones, así como con el COM, en el que pasó muchos años entrenando y viviendo, y conoce a la perfección.

Espero que tenga la suficiente capacidad para revivir la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), la cual está en abandono desde el inicio de la administración de Jesús Mena, quien junto con algunos legisladores que manejaban la Comisión de Juventud y Deporte, la inhabilitó por venganza sobre el teniente coronel Alfonso Pérez. Ahora, tiene que recuperar esa área.

Y también debe revisar la Ley de Cultura Física y Deporte, ya que de  2013 a la fecha no ha funcionado, y como ejemplo, la no instalación del Coved, órgano que podrá intervenir en los procesos electorales de las federaciones.

Estoy convencido de que Ana Gabriela puede hacer eso lo más rápido posible. 
Ir por los intereses de los deportistas más que los de los federativos, quienes se creen los dueños de esas asociaciones civiles.

Siempre quiso dirigir la Conade y ahora tiene esa oportunidad, con la que podrá cambiar muchas cosas y darle seguimiento a otras. Ya es hora de que el deporte mexicano salga del nivel centroamericano que hoy en día domina —después de ganar en Barranquilla—; necesitamos navegar en otro nivel, estar a  la altura panamericana, pelearle a Brasil y Argentina.

Pero todo esto, claro, sin olvidar generar políticas públicas para activar a la sociedad, combatir la obesidad y crear un sistema deportivo en las escuelas. Esa es parte de su labor y por la que tendrá que rodearse de personas para conseguirlo. 


deportes@eluniversal.com.mx

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