Cuando nos invaden los productos chinos, como los juguetes o los zapatos, entre otros tantos productos más, ¿quién representa a las empresas nacionales en el “H” Congreso de la Unión? Cuando resulta imposible concluir la construcción del sistema nacional anti corrupción, todo un clamor popular ante el avanzado proceso de putrefacción del gobierno en sus diversas modalidades, ¿quién representa a la sociedad severamente agraviada por el hurto o malversación de los ahorros públicos, en el entendido que las alarmantes desviaciones de recursos rara vez son sancionadas, por más que ahora ya existan 8 gobernadores encarcelados? El electorado asistió a la remoción ilegal del ex fiscal electoral. Constató el brutal atropello de un funcionario que cumplía con su deber hasta tocar intereses intocables. Santiago Nieto significaba una sólida garantía de respeto de la voluntad ciudadana de cara a las elecciones del 2018 y, sin embargo, por medio de hostigamientos y chantajes criminales, fue destituido con razones inconfesables ante la opinión pública. ¿Quién representaba a la comunidad en esta destitución desaseada e injustificada? ¡Nadie! Los mexicanos no tenemos ni voz ni voto en el congreso, en donde lo único que cuenta es el tráfico de influencias entre los legisladores de diversos partidos, las componendas y las negociaciones perversas entre aquellos, sobre la base que la voluntad de los contribuyentes que financiamos el aparato delictivo en nuestra contra, por supuesto carece de peso político.

¿Existen representantes del sector agrícola o del bancario o del electrónico o de la industria automotriz o del comercial o del universitario o del sanitario en el congreso para defender sus respectivos intereses? Por supuesto que no: la opinión de los afectados no cuenta ni su queja prospera y sus deseos no son escuchados y de llegar a serlo, son contestados con una estruendosa carcajada o un sonoro escupitajo, mientras nuestros “representantes populares” cobran cantidades inimaginables en otros países, en donde sí se respeta la voluntad del electorado y existe una formal rendición de cuentas sin votos secretos como el que proponía el PRI durante la remoción de Santiago Nieto. Una miseria política. ¿Más? ¿Qué tal los famosos “moches”, un atentado al pudor y a la inteligencia de la nación que nuestros representantes disfrutan risueños ante la palpable y creciente irritación de la sociedad?

Las cámaras de comercio o de industria, ¿sí representan a sus agremiados? ¡Claro que no!: la mayoría de los líderes empresariales —excepción sea hecha de Gustavo de Hoyos— se dejan cortar una mano con tal de viajar en el avión presidencial para besar la mano de la reina de Inglaterra, eufemismo al que recurro con la debida elegancia para no escandalizar a mi lector, el único que tengo…

Muy pronto empezarán los partidos políticos a “palomear” los nombres de los “representantes populares” a ocupar sus respectivas curules en la próxima legislatura. Es la hora de hacer política y de participar en dichas decisiones para empezar a desintegrar a las pandillas que integran el “H” congreso. Si la ciudadanía permanece inmóvil, como siempre, y la queja se reduce a un lamento cafetero vespertino, será la señal esperada para seguir construyendo un México opuesto a los deseos de la nación. ¡Es hora! Nos toca, como diría Germán Dehesa. ¡Cuánta falta nos haces, Germán, querido hermano!

Twitter: @fmartinmoreno

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