Estamos en días de transición, no sólo para nuestra clase política y para lo que viene en el país después de los acuerdos del TLC y el nuevo Gobierno, que empieza en diciembre; también para nuestro deporte y hasta para nuestra Selección.

Esto provoca una narrativa de muchas exageraciones entre las cosas pasadas y lo que se empieza a acomodar para el futuro. Las redes sociales cosechan mucha desinformación y polarizan los temas —en su mayoría— con análisis absurdos y ahí es donde me quiero clavar, con las exageraciones que se han dicho con el “cambio generacional” de nuestros seleccionados, con el Tuca Ferretti al frente, de forma interina supuestamente, para arrancar este nuevo ciclo.

Y pondré sólo tres ejemplos:

1.— Chicharito Hernández. Sin duda, por su dicharachera forma de expresarse ante los medios y ser el máximo goleador histórico del Tri, jugando en dos de los mejores equipos del mundo, sigue provocando que muchos no le perdonen la malaria típica de no jugar el quinto partido. El problema mayor que tenemos en este amado deporte es la definición, de ahí que siga sin entender cómo nos vamos a deshacer del mejor artillero que tenemos. ¿No es más fácil meterlo en cintura y que esa experiencia, tanto de las cosas buenas como las malas, las aporte a las nuevas generaciones y de ahí podamos solucionar el eterno problema?

2.— Héctor Moreno. Por muchos años, nos quejamos de la Rafadependencia y cuando mencionábamos esto, siempre iba acompañado de una reflexión: el mejor central que tenemos es Moreno. Tiene gol y sabe jugar pagado a la banda izquierda. ¿No debería ser su nivel en el club europeo donde juega lo que dicte si podría tener otra oportunidad con la playera verde?

3.— Miguel Layún. Por último (y miren que dejé fuera de esta lista a Gio dos Santos y Carlos Vela por estar en la MLS, así como Andrés Guardado, quien seguro jugará en breve en esa misma liga), el futbolista que con base en sacrificios y mucho trabajo se ha ganado oportunidades en proyectos que muchos ni siquiera imaginaron. Juega por las dos bandas y sabe volantear.

Los tres casos son dignos de ver su proceso. No es fácil llegar a donde han llegado. No por no jugar el maldito quinto partido tenemos que matar todo.
Insisto, vienen nuevos tiempos, pero eso no significa que todo esté mal. No seamos resultadistas y entendamos un poco este deporte: si los jugadores mexicanos que están en buenas ligas tienen buenos torneos, le podrían aportar mucho a un equipo nacional que busca su transición.

Tampoco exageremos que no tenemos futuro, que haremos el ridículo en Qatar, cuando debemos seguir aprendiendo y aprovechando para competir mejor. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A esos días en los que exagerar es  deporte nacional. 

@EnriqueVonBeas

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses