Alfonso Durazo le dio la última estocada al moribundo cuerpo policiaco.

Desde dentro, frente a frente, el mataor Durazo destrozó lo que era suyo.

Nunca se había visto que un titular de Seguridad Pública brincara a su propio ruedo y le pusiera tal zarandeada a la Policía Federal.

En discurso de tono ascendente, la cabeza de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno amloísta, arremetió con la espada del poder contra la poca dignidad que le restaba a la PF.

Si la población no cree en ella (con justa razón), con el mensaje de su secretario de Estado, los demonios de las fobias se soltaron.

Pero tampoco se descarta que en el saco de la desconfianza estén integrantes de las Fuerzas Armadas.

Recordemos, por ejemplo, que hace dos años, una persona fue rescatada por la Policía Federal. Había sido secuestrada por marinos de la Armada de México, del 29 Batallón de Infantería.

Los niveles de violencia, muerte, desapariciones, corrupción e impunidad, no se pueden explicar, lo repito, sin la colusión, colaboración o participación directa de autoridades: polis municipales, estatales, federales, Ejército, Marina, gobernadores, legisladores, jueces, procuradores…

Poner en la mira a un solo grupo, no debe encubrir a otros.

Estoy de acuerdo con el Ejecutivo Federal. Los gobiernos anteriores dejaron un cochinero.

Es hora de transparentar y rendir cuentas. Incluida la Guardia Nacional. Y por supuesto, no se debe generalizar. Habrá miembros de seguridad y órdenes de gobierno que sí cumplen con su deber, en el violento país del crimen organizado.

Dicho lo anterior, regreso al punto inicial.

Sorprende ver al representante de los civiles (ahí estaba cuando arrancó la GN, en la retaguardia, achicado, atrás de los demás, pero estaba) vapuleando de esa manera esta fuerza y ensalzando a la otra, a la Armada.

En conferencia de prensa, el día de ayer, Durazo se convirtió en un férreo defensor de la militarización.

Comenzó repitiendo lo dicho por su jefe, el Presidente de la República, en la conferencia mañanera: La protesta policiaca no tiene razón de ser. Y terminó retando que le pusieran sobre la mesa el nombre de un civil, uno solo, que pudiera liderar a las Fuerzas Armadas. Que tuviera el reconocimiento y la capacidad para dirigir a los 50 mil militares.

¿El gobierno de López Obrador no considera a ninguno capaz? ¿No existe una sola persona, como en otros países del mundo? ¿No es lo que se aprobó con la reforma constitucional?

¿Tampoco encontraron entre los servidores públicos a quien pudiera rescatar a la PF?

¿Qué sigue para el doctor Durazo? ¿Es necesaria su presencia para las labores de la Guardia Nacional de corte castrense?

¿Sus palabras son una autodescalificación? ¿O son el pase a la candidatura gubernamental de su estado?

Por lo demás, suerte a los buenos elementos en la búsqueda de mejores condiciones laborales y en el combate contra el crimen.

México los necesita.

Razones y Pasiones:

La mano que mece la cuna, quien sabe.

Pero de que Felipe Calderón es un oportunista cínico, lo es.

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