Este jueves 13 de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón. ¿Sabías que tus riñones, esos dos órganos en forma de frijol, del tamaño de un puño, trabajan sin descanso para mantenerte saludable? Se encuentran en la parte baja de tu espalda, justo debajo de las costillas, y están ocupados las 24 horas del día. ¡Son verdaderos héroes silenciosos!
La función más conocida de los riñones es la de filtración de sangre y producir orina. En un proceso increíblemente eficiente, filtran la sangre varias veces al día, eliminando el exceso de líquidos, toxinas y desechos. Y lo más sorprendente: pueden adaptarse a las necesidades de tu cuerpo. En casos de deshidratación, concentran la orina para conservar agua, y cuando estás bien hidratado, la diluyen para eliminar el exceso de líquidos.
No obstante, los riñones son responsables de mucho más que producir orina.

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Si tus riñones no funcionan correctamente, el exceso de líquidos y las toxinas se acumularán en tu cuerpo y podrías tener problemas de salud graves. Por eso, es fundamental mantener tus riñones sanos.
Las enfermedades renales, como la enfermedad renal crónica (ERC), representan un importante desafío de salud pública a nivel mundial. En México, el 11% de la población presenta algún grado de ERC, y esta condición se ubica entre las 10 principales causas de mortalidad. Con el aumento de problemas como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, el riesgo de desarrollar ERC es cada vez mayor. Esta enfermedad provoca una disminución progresiva de la función renal que, en casos graves, puede derivar en falla renal, lo que hace necesario el uso de diálisis o un trasplante de riñón. En enero de 2024, en México, cerca de 80 mil personas estaban en terapia de reemplazo renal en el IMSS, y más de 16 mil esperaban un trasplante de riñón.
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La detección temprana de la enfermedad renal es clave para prevenir su progresión y complicaciones, y así mejorar la calidad de vida de las personas que las padecen.
Las pruebas de función renal son una excelente manera de conocer el estado de salud de tus riñones. Si tienes factores de riesgo como diabetes, hipertensión, sobrepeso o antecedentes familiares de enfermedad renal, es importante hacer chequeos regulares.
Pruebas de función renal: Estas pruebas incluyen análisis de sangre y orina. El análisis de sangre mide los niveles de ciertos productos de desecho que deben ser filtrados y eliminados por los riñones, mientras que el de orina detecta la presencia de proteínas, uno de los primeros signos de daño renal.
Este es un artículo escrito por la Doctora María José Pardinas Llergo, académica de la Escuela de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Panamericana.