Madrid. —Una supernova al menos dos veces más brillante con más energía y seguramente mucho más masiva que cualquier otra encontrada ha sido identificada por un equipo internacional de astrónomos, según un estudio que publica Nature Astronomy.

Las mediciones realizadas por los integrantes del equipo internacional señalan que la masa de esta supernova era entre 50 y 100 veces mayor que nuestro Sol, mientras que normalmente tienen entre ocho y 15 masas solares.

Los autores creen que la supenova llamada SN2016aps puede ser un ejemplo de una supenova extraordinariamente rara de “inestabilidad de pareja pulsátil”, posiblemente formada por dos estrellas masivas que se fusionaron antes de la explosión, señala un conunicado de la Universidad de Birmingham (Reino Unido). Ese tipo de eventos, hasta ahora, solo existen en teoría y nunca han sido confirmados a través de las observaciones astronómicas.

El autor principal del estudio, Matt Nicholl, de la Universidad de Birmingham, explicó que una supernova se puede medir usando dos escalas: la energía total de explosión y la cantidad de energía emitida que puede observarse como luz o como radiación.

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“En SN2016aps descubrimos que la radiación fue cinco más que la energía total de la explosión de una supernova de tamaño medio. Esta es la luz más grande nunca vista emitida por una supernova”, señaló Nicholl.

Para tener esa cantidad de brillo, la explosión tiene que haber sido mucho más energética de lo habitual.

Examinando el espectro de luz, el equipo fue capaz de demostrar que la explosión fue impulsada por una colisión entre la supernova y una enorme capa de gas, derramada por la estrella en los años anteriores a su explosión.

“Mientras muchas supernovas son descubiertas cada noche, la mayoría en galaxias masivas”, dijo Peter Blanchard, de la Universidad de Northwestern y coautor del estudio, “esta destacó inmediatamente al seguir observándola porque parecía estar en medio de la nada. No pudimos ver la galaxia donde había nacido esta estrella hasta que no se desvaneció la luz de la supernova”.

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El equipo observó la explosión durante dos años, hasta que se desvaneció al 1% de su brillo máximo y calcularon que la masa de la supernova era entre 50 y 100 veces mayor que nuestro sol.

“Las estrellas con una masa extremadamente grande sufren violentas pulsaciones antes de morir para deshacerse de un gigantesco escudo. Esto puede ser impulsado por un proceso llamado inestabilidad de pareja, que ha sido tema de especulación para los físicos durante los últimos 50 años”, agregó Nicholl.

SN2016aps también escondía otro misterio. El gas que detectaron era principalmente hidrógeno, pero una estrella tan masiva normalmente habría perdido todo su hidrógeno a través de los vientos estelares mucho antes de que empezara a pulsarlo.

Una explicación es que dos estrellas ligeramente menos masivas, de unas 60 masas solares, se hubieran fusionado antes de la explosión.

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Las estrellas de menor masa conservan el hidrógeno durante más tiempo, mientras que su masa combinada es lo suficientemente alta como para desencadenar la inestabilidad del par, se indicó en el comunicado.

Encontrar esta “extraordinaria supernova no podría haber llegado en mejor momento”, según Edo Berger, de la Universidad de Harvard.

“Ahora sabemos que tales explosiones energéticas ocurren en la naturaleza y el nuevo Telescopio Espacial James Webb de la NASA será capaz de ver eventos similares tan lejos que podremos mirar hacia atrás en el tiempo, para ver las muertes de las primeras estrellas del Universo, expresó el experto de la Universidad de Harvard.

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