justiciaysociedad@eluniversal.com.mx

Antonio Chedraoui, arzobispo metropolitano de la Iglesia ortodoxa de Antioquía para México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, falleció ayer a las 4:53 horas por complicaciones derivadas de cáncer en el pulmón que se le agravó desde el año pasado y que lo obligaron a recibir atención médica en Houston, Texas, en enero pasado.

“Para cada cosa hay un inicio y un fin”, dijo Chedraoui a sus colaboradores antes de su muerte, al saber que por su enfermedad en algún tiempo cercano podría morir, y subrayaba que lucharía hasta el último instante y que seguiría administrando la Iglesia hasta que Dios lo dispusiera.

Según relató el archimandrita Andrés Marcos, vicario general de la Arquidiócesis ortodoxa, a su regreso de Houston a la Ciudad de México en abril, dijo que trabajaran unidos todos. “Dejó todo en orden, se fue en paz”.

En entrevista recordó que las últimas dos misas las ofició en septiembre pasado. Una en la catedral de San Pedro y San Pablo y otra más en Mérida, Yucatán, a donde se trasladó de manera expecífica para ello.

El martes, después de la comida en la que se le vió tranquilo recibió en su casa de la Ciudad de México al arzobispo de Líbano, su país natal.

“Estaba muy consciente, pero se sintió cansado y se fue a dormir tranquilo”, resaltó el archimandrita, quien participa en la organización del servicio funerario y era muy cercano a Chedraoui, arzobispo que llegó a México el 28 de diciembre de 1966.

En una ceremonia de cuerpo presente, el arzobispo de Líbano, Basilio Mansur, dijo que Chedraoui “fue el obispo del acercamiento con las iglesias” y esa fue la encomienda que les dejó.

Resaltó que con esas teorías, el ministro religioso “escribió las páginas de su vida, confirmando que él es una página de la historia” que fomentó la unidad y realizó grandes obras.

Durante el servicio, ministros ortodoxos destacaron que Chedraoui siempre expresó su amor por México y que en el funeral se hace un homenaje de oración y de unidad, en esa catedral donde se sentía a gusto con todos sus seres queridos.

En ello coincidió el arzobispo emérito de la Iglesia católica, Emilio Berlié, quien destacó que Chedraoui siempre llamó a la unidad y que amó a México.

El funeral de Antonio Chedraoui inicio al llegar su cuerpo a la catedral de San Pedro y San Pablo a las 17:10 horas y concluirá el viernes con el acto de sepultura del religioso.

El archimandrita Andrés Marcos explicó que comenzaron las actividades con el servicio trisagio, en el que se ora ante el cuerpo y se coloca en un ataúd color caoba.

Para ello, a Chedraoui se le colocó un vestido-ornamenta color dorado, además de una mitra y báculo. Estos dos últimos les serán retirados antes de la sepultura, en una ceremonia que iniciará el viernes a las 12:30 horas en una zona específica de la catedral, dispuesta por el arzobispo desde la construcción de ese recinto religioso inaugurado en 2011.

Hoy, de las 14:00 a las 22:00 horas, en ese lugar se recibirá a las personas que ofrecezcan sus condolencias.

Hasta ese punto llegaron y fueron colocadas en su honor coronas florales enviadas a nombre del presidente Enrique Peña Nieto, del Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL y otra a nombre de El Gran Diario de México.

Los gobernadores también se hicieron presentes con ese tipo de ofrendas, así como la ex candidata a la gubernatura del Estado de México, Josefina Vázquez Mota.

Al funeral llegaron anoche integrantes de la comunidad libanesa en México, familiares y personas allegadas a Chedraoui; la secretaria de la Función Pública, Arely Gómez; el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán; Yeidckol Polevnsky, secretaria general del partido Morena, y Virgilio Andrade, director general del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi).

De acuerdo con la tradición y los cánones de esa iglesia, para el proceso de sucesión del ministro ortodoxo, lo primero que ocurre es que el patriarca de esa Iglesia en Damasco, Juan Décimo, nombra a un interino para lo cual no hay fecha.

Posteriormente se designa a un sínodo de seis arzobispos, quienes se reunen y a puerta cerrada determinan cual de ellos será el sucesor designado. Según las estimaciones, esto podría ocurrir en el mes de octubre o a principios del próximo año.

El proceso permitiría que el sucesor de la Iglesia ortodoxa para México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe llegue a la Ciudad de México hasta 2018 para encabezar la comunidad que en este momento suma a cinco mil fieles.

Google News

Noticias según tus intereses