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Nevadas inusuales en el norte de México, tornados e inundaciones mortales en Texas, Nuevo México, Oklahoma, Missouri e Illinois, temperaturas calurosas en Nueva York y ciudades del este de Estados Unidos y Canadá y las peores lluvias en Sudamérica, fue lo que dejó el fenómeno de "El Niño" durante las vacaciones de Navidad de este 2015.

Para la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR), la devastación de "El Niño" este año hará “inolvidable” la Navidad 2015 para las Américas.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) afirmó que estos acontecimientos, ligados a la “peor fluctuación climática global de los últimos 15 años” son una consecuencia del fenómeno "El Niño" en el Océano Pacífico durante los últimos días del año.

Si bien "El Niño" es un patrón climático recurrente que implica variaciones en la temperatura habitual de las aguas en la parte central y oriental del Océano Pacífico tropical, en periodos que van de tres a siete años, el fenómeno afecta directamente a la distribución de las precipitaciones en las zonas tropicales y puede tener una fuerte influencia sobre el clima en otras partes del mundo.

No obstante, se considera por varios servicios meteorológicos, incluso por la Comisión Nacional del Agua, que el actual "El Niño" es un fenómeno intenso y sus impactos podrían ser mayores en los próximos meses.

Según el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN), las anomalías de "El Niño" podrían alcanzar su máxima intensidad entre noviembre del 2015 y enero del 2016, presentar un repunte el primer trimestre del año entrante y extenderse durante los primeros meses del año que viene y manifestarse con déficit de lluvias en Centroamérica, el Caribe, el noreste y centro de Brasil, Colombia y litoral de Venezuela, así como lluvias sobre lo normal en la costa de Ecuador, Amazonía norte de Perú, parte central de Chile, Uruguay y sur de Paraguay.

“El Niño demuestra en cámara rápida lo que el cambio climático está haciendo al planeta y permitirá conocer la efectividad de las inversiones realizadas en adaptación al cambio climático, poniendo a prueba los sistemas nacionales de gestión del riesgo de desastres y en evidencia los avances  logrados y los problemas pendientes de solución”, dijo Rodney Martínez, director internacional del CIIFEN.

La UNISDR recordó que para hacer frente a la tendencia de aumento en intensidad y frecuencia de los desastres en los últimos años, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, adoptado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en marzo pasado y primer instrumento de la agenda para el desarrollo post 2015, llama a fortalecer los modelos de reducción del riesgo de desastres, la evaluaciones, los mapas, el monitoreo y los sistemas de alerta temprana multiamenaza; y promover la realización de estudios integrales multiamenazas y el desarrollo de evaluaciones y mapas regionales de riesgo de desastres, incluyendo los escenarios de cambio climático.

También se solicita a los países a mantener y fortalecer observaciones del clima y de la tierra, así como integrar medidas de reducción del riesgo de desastres en los programas multilaterales y bilaterales de asistencia para el desarrollo relacionados con la adaptación al cambio climático.

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