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Raúl Flores Hernández, El Tío, mantenía muy bajo perfil y trabajaba de manera independiente, aunque su relación estrecha con los principales cárteles de la droga en México, el de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación lo colocaba al nivel de líderes del narco como Joaquín El Chapo Guzmán, Ismael El Mayo Zambada y Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.

Su nombre nunca ocupó los espacios noticiosos tanto como ayer, luego de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó al cantante Julión Álvarez y al futbolista mexicano Rafael Márquez en su lista negra de narcotraficantes por vincularlos directamente con Flores Hernández como sus testaferros o prestanombres para las operaciones de lavado de dinero que realizaba con los cárteles.

Las autoridades de ese país tienen información que puede comprobar que la relación entre Flores Hernández y el defensa de la selección mexicana, Rafael Márquez, data de hace 20 años y desde hace diez con el cantante grupero.

Nació el 3 de octubre de 1952 en Jalisco. De acuerdo con las investigaciones de las fiscalías de California y Washington, El Tío se inició en el tráfico de cocaína a los Estados Unidos y otras partes del mundo desde hace casi 40 años en Guadalajara, Jalisco.

Por esto, logró amasar una fortuna valuada en “miles de millones de dólares” invertidos en inmuebles de diversos giros a través de prestanombres.

Se le señala por liderar la organización de Los Flores, dedicada al tráfico de drogas, misma que funciona desde los años 80 en Guadalajara, en la Ciudad de México y en países de Sudamérica.

Las autoridades norteamericanas tienen una cifra de la riqueza acumulada por el capo, pero la mantienen en reserva por la secrecía de la investigación.

La red criminal en la que operaba se conformaba principalmente por familiares y amigos, la discreción con la que funcionaba le permitió tejer alianzas para lavar dinero con los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.

Estados Unidos tiene identificados a sus dos hijos, una esposa, primos y sobrinos como integrantes de la organización liderada por El Tío.

Como sus principales socios fueron identificados Efraín y Omar Caro Urías, tíos de Rafael Caro Quintero.

Por esto se le requiere en la Corte Federal del Distrito de Columbia, donde se le acusa de asociación delictuosa para distribuir cocaína.

El 30 de agosto de 2010, el Diario Oficial de la Federación informó que la Procuraduría General de la República ofrecía una recompensa por Raúl Flores Hernández, por su probable responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada, violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, candidato a la gubernatura de la coalición Todos somos Tamaulipas, y cuatro de sus acompañantes.

En la publicación se refieren a Flores Hernández también como Miguel Casas Linares.

En 2013 fue internado en el Centro Federal de Readaptación Social número 4 del Noroeste, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, pero en 2015 obtuvo su libertad.

El pasado 11 de mayo, El Tío promovió un amparo contra el agente del Ministerio Público Federal de la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda, que lo investiga desde 2016.

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