Para expertos en temas de seguridad nacional y narcotráfico, las autoridades mexicanas dejaron por décadas el estudio de la evolución y el fortalecimiento de las organizaciones del crimen organizado, y hoy en día actúan con más violencia.

Guillermo Valdés Castellanos, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), enfatizó que tendrán que pasar unos 25 años para que las instituciones del Estado se reestructuren y fortalezcan para poder frenar al crimen organizado.

Alejandro Hope, especialista en el tema del narcotráfico, sostuvo que las autoridades se tardaron en advertir el cambio en las organizaciones y ahora son “más depredadoras de las economías locales”.

Deficiencias

En el marco del 66 aniversario de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, el ex director del Cisen señaló que durante décadas el comportamiento del crimen organizado no fue un tema prioritario para el gobierno federal, lo que representó una falla.

“En México durante muchas décadas no fue prioridad para los gobiernos, no había recursos ni mecanismos suficientes para ponerles freno a esas organizaciones, hasta que estalló el problema de manera muy grave”, reconoció el encargado de las tareas de inteligencia en el sexenio anterior.

Se le preguntó si hay forma de frenar al crimen organizado, y señaló que “es un proceso de 25 años para reconstruir y fortalecer a las instituciones del Estado y que tengan las capacidades para frenarlas”.

Durante su participación en la Mesa de Seguridad Nacional, Alejandro Hope comentó que el enfoque tradicional que tenía el crimen organizado quedó atrás y ahora el corte es “más mafioso”.

“Creíamos que estábamos lidiando con el fenómeno tradicional y no, nos tardamos, y ahora son de un corte más mafioso; además, se diagnosticó mal la lógica económica de las organizaciones”, sostuvo el experto.

Ante estudiantes, el especialista dijo que si bien el tema de las drogas sigue siendo el negocio de las organizaciones, éstas han incursionado en otras actividades delictivas como el robo de mineral, tráfico de especies en peligro de extinción, robo de combustibles, entre otras.

“Nos tardamos en advertir la transición de largo aliento de la delincuencia organizada. Nos tardamos en entender cómo iba evolucionando el negocio del narcotráfico”, agregó.

En su turno, Guillermo Valdés comentó que el gobierno tiene que ser más abierto y transparente en la información relacionada con los temas de seguridad y el fenómeno criminal, y no ser una caja negra porque se necesita de un equilibrio.

El lunes EL UNIVERSAL publicó la nueva radiografía del narcotráfico, en la que destaca el surgimiento de nuevos liderazgos, aunque algunos de ellos menos poderosos, acotados a ciertas regiones y que las disputan con otras organizaciones criminales. Los grupos se han “atomizado”, operan a través de células armadas y más violentas. Sólo los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) mantienen su hegemonía.

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