Combatir la desigualdad y lograr la justicia social son los grandes desafíos de México y Brasil, y en ello ambos países se complementan, coincidieron en afirmar la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y el presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, Miguel Barbosa Huerta.

En sesión solemne en el Senado, ante las representaciones de las fuerzas políticas mexicanas, la presidenta Rousseff dijo que en su visita de Estado llegó a acuerdos con el mandatario Enrique Peña Nieto en materia de inversiones y de complementación económica, que son parte de una estrategia de bienestar bilateral.

“Dotar a nuestras economías de más ingresos y más empleo, más bienestar y más capacidad de innovación y competitividad, son condiciones imprescindibles para la reducción de la desigualdad en nuestras poblaciones”, señaló la presidenta Rousseff.

Dijo que en los últimos años su país “sacó de la pobreza a 36 millones de brasileños y los llevó a la clase media”, en la que se ubica 52% de la población. En consecuencia, Brasil tiene hoy un gran mercado interno que desea consumir, aprovechar las oportunidades de la era del conocimiento. Y en esta perspectiva, las dos naciones tienen una alianza que no empezó ahora.

Rousseff destacó el avance en México en materia de género: Es importante para los dos países la integración de las mujeres, el combate a la violencia contra la mujer y la garantía de la igualdad de oportunidades; igualdad de tratamiento; igualdad en la educación. Diferentes (hombres y mujeres), sin embargo, iguales”, agregó.

El presidente del Senado, Miguel Barbosa Huerta (PRD), dijo que México y Brasil son las dos economías más grandes y las poblaciones más numerosas de la región; de hecho son los motores económicos de América Latina, que deben hacer a un lado las rivalidades regionales. “Comprendamos de una vez, somos aliados, no adversarios”. Agregó el legislador: “No debemos desgastarnos en construir fronteras artificiales en materia económica y comercial; México y Brasil deben ser aliados, sumar esfuerzos en nuestras relaciones con Estados Unidos, Canadá, Europa”, así como incrementar los intercambios comerciales con África, Asia, China, Japón y Oceanía.

Barbosa reconoció a Brasil, desde el gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva, sus esfuerzos contra la pobreza. “Brasil ha dado muchas lecciones al mundo que se podrían resumir en la demostración de que es posible modernizar la economía y al mismo tiempo promover y garantizar los derechos sociales básicos de la población”.

Rousseff fue recibida en un salón de sesiones con senadores y diputados que acudieron pese que muchos estaban exentos de asistir al no ser miembros de la Comisión Permanente.

José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Relaciones Exteriores, así como la embajadora en Brasil, Beatriz Paredes Rangel, formaron parte la representación del Ejecutivo federal, en tanto que participaron los coordinadores del PRI en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, y de los perredistas en San Lázaro, Julio César Moreno, quien a la vez preside la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

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