Los gobiernos de México y Brasil acordaron modernizar su relación bilateral con el objetivo de duplicar el comercio bilateral y colocarlo en más de 18 mil millones de dólares anuales, garantizar certidumbre a inversiones recíprocas y aumentar el intercambio de mercancías agrícolas e industriales.

Ayer, los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de Brasil, Dilma Rousseff, coincidieron en establecer que ambos países deben ser aliados y ver a sus economías como complementarias para enfrentar la competencia mundial.

Al recibir en Palacio Nacional a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien realiza una visita de Estado a México, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que ambas naciones han abierto un nuevo capítulo y dado “un salto cualitativo” en su relación.

Más tarde en el encuentro empresarial México-Brasil, subrayó que Rousseff ha dejado clara su voluntad política para avanzar en la integración de las economías de ambos países.

Peña Nieto dijo que más allá de lo que hubiesen sido las acciones que los gobiernos hubieran realizado en el pasado, los empresarios y emprendedores han encontrado sus propias rutas para alcanzar el nivel de integración que hoy existe. Asentó que se establecen nuevos puentes.

“Hoy se ha acreditado la plena voluntad de dos gobiernos que quieren integrar de mejor manera a Brasil y México. Una voluntad que parte de una relación de respeto, de cordialidad entre dos gobiernos y de una amistad personal que estamos cultivando la presidenta Rousseff y un servidor”, señaló Peña Nieto.

A su vez, la presidenta Rousseff dijo primero en Palacio Nacional, que las dos naciones son importantes socios comerciales recíprocos; “ese potencial es el que tenemos que construir, pero más allá de lo que ya conquistamos”. Se pronunció por evitar “falsos antagonismos”.

Destacó que las relaciones de México y Brasil “presentan un grado de potencialidad y de oportunidad que nosotros tenemos la obligación y el deber de explorar”.

Sin falsas rivalidades

La presidenta Rousseff precisó que a partir de julio comenzarán negociaciones que ampliarán el acuerdo que desde 2002, reglamenta el comercio bilateral, el cual abarca poco más de 800 productos, con vista a ampliarse a más de seis mil, lo que beneficiará de forma recíproca a ambas economías.

Por la noche, ante empresarios Rousseff dijo que México y Brasil, debido a su voluntad política, no serán los causantes de “falsas rivalidades o prisioneros de la geografía”.

La presidenta indicó que los dos países saben que las relaciones entre la Alianza del Pacífico con Mercosur y Unasur “deben ser como complementarias y no como alternativas”.

Antes, al mediodía, el Presidente recibió con honores militares a su homóloga en Palacio Nacional.

Trabajaron en privado y luego con sus respectivas comitivas; atestiguaron la firma de acuerdos. Peña Nieto impuso a Rousseff la Condecoración del Águila Azteca y a su vez la brasileña impuso al mandatario la Orden de la Cruz del Sur.

Los convenios son para profundizar el Acuerdo de Complementación Económica ACE53, a fin de ampliar el universo arancelario con preferencias para incluir nuevas mercancías agrícolas e industriales, para duplicar en 10 años el comercio bilateral que es de nueve mil 200 millones de dólares.

Asimismo, acuerdos de Cooperación y Facilitación de inversiones, el primero que celebra Brasil con un país de América: de Cooperación Aduanera para incrementar intercambios comerciales a través de precertificación de empresas, y de reconocimiento a la denominación de origen del tequila y la cachaza, y en turismo, cultura y medio ambiente, entre otros.

Hoy, con su visita al Senado, la presidenta de Brasil concluirá su estancia en nuestro país.

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