Una docena de militantes de extrema derecha espera en la costa de Catania (Italia) la llegada de un barco con el cual frenar la llegada de inmigrantes a Europa y controlar los trabajos de rescate de las ONG que ayudan a los náufragos.

La iniciativa se denomina Defend Europe y la promueve el grupo Generación Identitaria, a quienes la prensa europea ha bautizado como “los milennials de extrema derecha” o “los hipsters de la extrema derecha”. Son jóvenes de Francia, Austria y Alemania que han reunido más de 100 mil euros mediante crowdfunding (financiación colectiva) para adquirir una embarcación, la llamada C-Star, con la que pretenden “interceptar” los barcos de migrantes para “después contactar a la Guardia Costera Libia y devolverlos a ese país y que puedan ser así detenidos los traficantes”.

Otro de sus objetivos es vigilar que las ONG humanitarias no “actúen como taxis”, recogiendo a inmigrantes que no estén en apuros o adentrándose en aguas libias para ayudarlos. Su fin último es, tal como recoge su web, detener “la invasión islámica de Europa”, a la que aseguran que colaboran las organizaciones y la Unión Europea.

Las autoridades europeas están haciendo lo legalmente posible por detener el C-Star. La llegada del barco, que salió del Cuerno de África y tiene bandera de Yibuti, estaba prevista para esta semana, pero permanece retenido en el canal de Suez por problemas administrativos.

Colectivos como la Red Española de Inmigración han presentado denuncias ante las fiscalías de varios países por “organización criminal, piratería y abordaje con fines políticos”. Las ONG pretenden que la Agencia de la Unión Europea para las fronteras (Frontex) detenga al C-Star en cuanto entre en aguas europeas.

Mientras, los futuros tripulantes de la embarcación están en Catania ofreciendo entrevistas a personalidades de extrema derecha y de la alt-right estadounidense. Entre ellos hay creadores de opinión como la libertaria canadiense Lauren Southern, la supremacista estadounidense Brittany Pettibone‏ o Katie Hopkins, una columnista del diario británico Daily Mail y cabeza del Brexit.

En las entrevistas con que Generación Identitaria se promociona en YouTube se puede ver a veinteañeros de apariencia amable, como el austriaco Patrick Lenart, explicando entusiasmado a Pettibone que “hay que enseñarle a los políticos a proteger la identidad del pueblo europeo” y “reconquistar las calles, porque Europa está en peligro”.

El grupo dice ser “la vanguardia política de un descontento que crece”. Los críticos con la acción aseguran Generación Identitaria sabe que su plan no es viable y sólo quiere explotar la creciente preocupación con la inmigración, especialmente en Italia, para fomentar un discurso del odio.

Esta demostración de iniciativa de la extrema derecha ha obligado a varios gobiernos europeos a modular sus críticas a las ONG humanitarias, con las que la relación no es buena. Frontex y el fiscal de Catania ya las han acusado de extralimitarse en su actuación y políticos italianos y la guardia costera libia también han argumentado que su presencia anima a los migrantes a lanzarse a la peligrosa travesía del Mar Mediterráneo.

En España, el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, había acusado a las ONG de lo mismo que censura Generación Identitaria. “Hay que concienciar a las ONG de que se está para ayudar y no para favorecer o potenciar la inmigración irregular”, dijo tras una reunión de ministros europeos en Tallin (Estonia). Ante el debate suscitado, el ministro ha pedido excusas.

En lo que va de año, según ACNUR, 2 mil 360 personas han muerto en el Mediterráneo intentando alcanzar las costas europeas.

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