Tres parlamentarios presentaron peticiones de apertura de juicio político contra el presidente de Brasil, Michel Temer, tras las revelaciones de que habría participado en una trama corrupta y, además, apoyado la compra de silencio del exlíder del Congreso, condenado por corrupción.

Tras la publicación de las revelaciones la noche del miércoles, tres parlamentarios presentaron al presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, pedidos para abrir un proceso de "impeachment" como el que provocó la destitución hace apenas un año de Dilma Rousseff y llevó a Temer al poder.

Incluso partidos considerados de la coalición gubernamental comenzaron a señalar que podrían abandonar inmediatamente el apoyo a Temer, algo que se espera ocurra cuando se publiquen los supuestos audios del mandatario.

La oposición de izquierda a Temer pide desde la víspera su renuncia y la convocación de elecciones presidenciales, pero la Constitución brasileña no permite actualmente esa posibilidad.

En caso de renuncia o caída por "impeachment", Temer sería sustituido por un candidato elegido por elecciones indirectas, es decir, escogido por el Congreso, tras un periodo transitorio en el que asumiría la jefatura del Estado el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, acusado de corrupción por delatores de la Operación Lava Jato.

Las revelación de la existencia de grabaciones de audio en las que Temer apoya la compra del silencio de Eduardo Cunha, ‘verdugo’ político de Rousseff, y de que habría participado en una trama para recibir propina a cambio de favores políticos a la empresa JBS, provocó un nuevo terremoto político en Brasil con consecuencias impredecibles.

Filtraciones hechas públicas este jueves aseguran que Temer, por medio de un diputado indicado como su intermediario, habría ofrecido Joesley Batista, dueño de JBS, la mayor exportadora de carne del mundo, cargos para hombres de su confianza en instituciones como el Banco Central, la Hacienda brasileña o el Cade, una institución que supervisa el cumplimiento del libre mercado en el país.

La influencia de Batista y su compañía –mayor donante en las elecciones de 2014 con más de 130 millones de dólares- llegaría a un nivel en que el empresario habría sido alertado por el propio Temer en marzo de la inminente reducción de las tasas de interés bancario en un punto, antes de que el Banco Central la ejecutara, según las revelaciones.

Temer negó la víspera por medio de una nota cualquier ilegalidad y prepara un pronunciamiento a la nación tras cancelar su agenda pública de este jueves.

El presidente, quien llegó al poder tras la caída de Rousseff, que le acusó de ser partícipe del “golpe” que provocó su destitución, dijo este día a parlamentarios que es víctima de una “conspiración” y rechazó la hipótesis de dimitir.

La publicación de los escándalos implicándolo se produce en un momento en que el Gobierno ultimaba la aprobación en el Legislativo de una reforma del sistema de pensiones y de la legislación laboral, dos iniciativas consideradas por algunos economistas como fundamentales para que Brasil saliera de la recesión que le azota desde 2015.

Esas reformas, que provocaron una huelga general el pasado 28 de abril por su impopularidad en algunos sectores, pueden estar ahora en duda, según políticos y analistas brasileños.

La Bolsa de Sao Paulo tuvo que suspender por 30 minutos sus actividades tras caer más de 10 por ciento, y al mediodía perdía 8.6 por ciento, mientras el real –la moneda brasileña- se depreciaba más de 7.0 por ciento respecto al dólar, a pesar de los esfuerzos del Banco Central para contener la volatilidad.

lsm

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