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Científicos, estudiantes y defensores de la investigación se manifestaron el sábado en diversas partes del mundo en el Día de la Tierra -desde la Puerta de Brandemburgo hasta el Monumento a Washington— para exigir que la ciencia se efectúe sin intromisiones políticas y con mejores recursos.
"Nosotros no elegimos estar en esta batalla, pero se ha llegado al punto en el que tenemos que pelear, porque lo que está en juego es demasiado", dijo el climatólogo Michael Mann, que sostiene frecuentes enfrentamientos con políticos.
Frente al National Mall (el complejo de monumentos de Washington), Mann dijo que al igual que otros científicos, el preferiría estar en su laboratorio, el campo o dando clases. Sin embargo, su activismo se debe al rechazo de las autoridades hacia las investigaciones efectuadas por él que muestran un aumento global de las temperaturas.
En Gainesville, Florida, más de 1.000 personas se extendieron por calles de la ciudad para la Marcha por la Ciencia.
"La mayoría de la gente desconoce cuánto hace por sus vidas todos los días la financiación de la ciencia. Todos los avances médicos, alimentos, ropa, nuestros celulares, computadoras, todo se sustenta en la ciencia", dijo Pati Vitt, científica de plantas en el Jardín Botánico de Chicago.
En Nashville, Tennessee, manifestantes marchaban al grito de "¡ciencia, no silencio!". El abogado Jatin Shah trajo a sus dos hijos, uno de 5 años que quiere ser dentista y otro de 6 que desea ser doctor. Shah manifestó su preocupación por el futuro de los chicos si se recortan los recursos para la ciencia.
Muchas personas portaban carteles que decían "no hay un planeta B", "Hacer que Estados Unidos piense otra vez" y "el cambio climático es real, pregúntenle a cualquier oso polar".
En Ginebra, los manifestantes portaban letreros que decían "La ciencia, una vela en la oscuridad" y "la ciencia es la respuesta".
En Berlín, miles de personas marcharon desde una de las universidades de la ciudad hasta la emblemática Puerta de Brandemburgo.
"Necesitamos volver a basar nuestras decisiones más en los hechos y menos en las emociones", dijo Meike Weltin, que estudia doctorado en instituto ambiental cerca de la capital.
En Londres, físicos, astrónomos, biólogos y celebridades escenificaron una marcha frente a las instituciones de investigación más famosas de la ciudad. En España, centenares de personas efectuaron movilizaciones en Madrid, Barcelona y Sevilla.
Los organizadores dijeron que la marcha tenía connotaciones políticas pero era ajena a los partidos para promover la comprensión de la ciencia y defenderla de diversas acometidas, como los recortes gubernamentales propuestos por el presidente Donald Trump, entre ellos una reducción de 20% al Instituto Nacional de Salud.
En Washington, Sam Klimas, de 9 años, llevaba un letrero rojo, hecho a mano que decía "La ciencia salvó mi vida".
El chico sufrió un tipo de cáncer cerebral y ha conservado la salud desde hace ocho años. Su madre, abuela y un hermano vinieron con él desde Parkensburg, Virginia Occidental.
"Tengo que hacer todo lo que pueda para oponerme a las políticas de este gobierno", señaló la abuela del menor, Susan Sharp.
Las manifestaciones convocadas en más de 500 ciudades pusieron a los científicos en los reflectores públicos en contraste con su habitual distanciamiento del activismo.
Los investigadores han manifestado su preocupación por el rechazo público y político hacia la ciencia establecida en temas como el cambio climático y la seguridad de las vacunas.
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