Washington.— El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está creando un gabinete a medida con el que deja claras cuáles son sus intenciones una vez se siente en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Sus pilares en campaña fueron seguridad, acabar con la reforma sanitaria de Barack Obama y devolver a EU los puestos de trabajo perdidos.

Tras el nombramiento hace unos días del trío que estará a la cabeza de la seguridad y la justicia, ayer fue el turno del líder que se encargará del fin del “Obamacare”. Tom Price, congresista por Georgia y acérrimo crítico de la reforma sanitaria del presidente Obama, se hará cargo de la cartera de Salud y Servicios Humanos con la misión de encontrar la alternativa al programa del actual presidente.

“Está excepcionalmente cualificado para liderar el compromiso de revocar y reemplazar Obamacare”, dijo Trump en un comunicado en el que alabó a este cirujano ortopédico de 62 años y sentenció de muerte el programa sanitario de Obama.

Hasta ahora, Price era el presidente del comité de presupuesto en la Cámara de Representantes y un buen aliado del presidente de esa Cámara, Paul Ryan, con quien negoció la repartición del dinero federal de forma cercana y donde desempeñó su visión de recortes y minimización del déficit hasta el máximo exponente. Opositor del Obamacare por el alza de precios en las primas de seguros médicos, que en su opinión aportó la propuesta actual, hace una semana ya advirtió que el futuro gobierno republicano aprobaría una propuesta de reforma sanitaria parecida a la que hace un par de años vetó Obama.

En esa ley se derogaban los subsidios a la clase media para obtener seguro médico y las sanciones a aquellos que se negaban a contratar una cobertura sanitaria, entre otros aspectos. Price cumple con el perfil que puede aplicar estas medidas, aunque deberá lidiar con la simpatía de Trump por mantener las medidas más populares de Obamacare: la permisividad para que los jóvenes puedan aparecer en las pólizas de sus padres y la cláusula que prohibe negar la cobertura a personas con problemas médicos anteriores.

El equipo de Trump también confirmó que para el Departamento de Transporte la elegida es Elaine Chao, republicana nacida en Taiwán, ex secretaria de Trabajo en el gobierno de George W. Bush y vicesecretaria de Transporte en el gobierno de Bush padre. Chao se hará cargo de la cartera encargada de infraestructura, área en la que Trump ha prometido invertir un billón de dólares y que deberá servir como impulso principal a la promesa de recuperar empleos en el país. Chao es esposa del líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.

Otro de los que podrían ser nombrados dentro de poco sería el millonario Steven Mnuchin como futuro secretario del Tesoro. Mnuchin, sin experiencia política previa, es ex socio de Goldman Sachs y se enriqueció con la compra de una empresa en bancarrota por la crisis financiera de 2008. De ahí se convirtió en productor en Hollywood de películas como Avatar o X-Men, antes de situarse como principal asesor económico de la campaña de Trump e ideólogo de sus propuestas de recorte de impuestos y cambios en acuerdos comerciales.

Sin embargo, el puesto que todo el mundo espera es el de secretario de Estado. Ayer Trump se reunió por segunda vez con Mitt Romney, el ex candidato presidencial y feroz crítico del presidente electo, mientras los rumores añaden a la lista para ser el nuevo jefe de la diplomacia estadounidense al general retirado David Petraeus, ex director de la CIA que renunció a su puesto en 2012 tras mentir al FBI repecto a haber compartido información confidencial con su biógrafa y amante, y del que Trump dijo estar “muy sorprendido” tras su encuentro.

En tanto, Trump tiene previsto iniciar mañana su “gira de la victoria” por los estados más importantes que le permitieron ganar las elecciones. La primera parada será en Ohio y está previsto que también vaya a agradecer el apoyo a la población de Florida, Penn-sylvania y Michigan.

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