Ginebra.— Los militantes del Estado Islámico (EI) han capturado a 550 familias de pueblos en los alrededores de Mosul y las ubicaron cerca de sus bastiones en la ciudad iraquí, probablemente para utilizarlos como escudos humanos, dijo ayer una portavoz de la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas.

“Estamos seriamente preocupados por los reportes de que el EI esté usando a civiles en Mosul y sus alrededores como escudos humanos mientras las fuerzas iraquíes avanzan, manteniendo a los civiles cerca de sus oficinas o lugares donde están ubicados los combatientes, lo que podría resultar en víctimas civiles”, dijo el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, en un comunicado.

“Hay un peligro serio de que combatientes del EI no sólo usen a personas vulnerables como escudos humanos, sino que puedan optar por matarlas en lugar de liberarlas”, agregó.

Fuerzas iraquíes y kurdas, con apoyo aéreo y terrestre de la coalición liderada por Estados Unidos, están realizando operativos para capturar territorio alrededor de Mosul, en preparativos para una ofensiva sobre el último gran bastión de los yihadistas en Irak.

Tras citar “información corroborada” de contactos locales, la portavoz Ravina Shamdasani dijo que 200 familias fueron forzadas a caminar a Mosul desde el pueblo de Samalia el 17 de octubre y que otras 350 dejaron Najafia hacia Mosul el mismo día. “Esto parecería indicar que la razón para estos movimientos es usarlos para el propósito de escudos humanos”, agregó.

Los miembros del EI mostraron que todavía son capaces de hacer daño a pesar de los reveses sufridos en el campo de batalla de los alrededores de Mosul en los últimos cinco días, con un ataque inesperado contra la ciudad de Kirkuk que dejó 39 muertos, incluyendo 17 yihadistas.

Los combatientes del EI se hicieron con el control de varias comisarías de policía, informó el gobernador de Kirkuk, Nachmeldín Karim.

El asalto se concentró en los barrios meridionales de Wahed Jazeirán, Domish y Midaa —en la zona sur de Kirkuk, en el camino hacia la localidad de Hawiya—, así como contra una planta eléctrica al oeste de Kirkuk, en donde murieron 16 trabajadores. Tras el ataque, los extremistas colocaron francotiradores en varios edificios y se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad iraquíes y las kurdas “peshmergas”, que enviaron refuerzos desde las provincias del Kurdistán iraquí.

Los esfuerzos de las unidades antiterroristas del ejército iraquí, que han tomado el relevo a los “peshmergas” en varios lugares, se concentraron ayer en la estratégica población de Bartala, a nueve kilómetros de Mosul.

Fuentes de seguridad situadas a la entrada de Bartala indicaron a EFE que todavía quedan algunos focos de resistencia en algunas partes de este pueblo, donde se encuentra la principal vía de acceso a Mosul desde el este, por la que pasa la carretera que une esta ciudad con Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.

Se espera que la ofensiva iniciada el lunes para capturar Mosul se convierta en la mayor batalla en Irak desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003.

De acuerdo con la ONU, Mosul requerirá el operativo de asistencia humanitaria más grande del mundo, con hasta un millón de personas desalojadas en el peor escenario.

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