Un grupo opositor sirio negó que haya llevado a cabo un ataque con armas químicas contra un barrio residencial de Alepo, en el norte del país, tal como le acusó el miércoles el general ruso Serguéi Chvarkov, cuyo Ejército apoya a las fuerzas gubernamentales en Siria.


En un comunicado distribuido por la opositora Coalición Nacional Siria, el grupo islamista Nureddin al Zinki rechazó esas acusaciones y aseguró que es Rusia la que empleó gas tóxico en un ataque sobre áreas residenciales de Saraqeb, en la provincia de Idleb, también en el norte de Siria.


La Defensa Civil siria, un grupo de voluntarios que desarrolla labores de rescate, denunció un bombardeo con gas cloro en esa población a principios de semana.


El jefe de la oficina política de Nureddin al Zinki, Mohamed Mahmud, afirmó en la nota que sólo el régimen del presidente Bachar al Asad tiene capacidad de producir y usar armas químicas en Siria.


Señaló que el régimen de Damasco sigue empleando este tipo de armamento "animado por el veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, que ha evitado la adopción de una resolución de condena al uso de armas químicas en Siria".


Según Rusia, el ataque tuvo lugar contra las inmediaciones de la plaza Sajat-Saldal el 2 de agosto y fue perpetrado desde el distrito de Suqari, controlado por ese grupo opositor, que recibe apoyo de Washington como parte de la llamada "oposición moderada".


Por su parte, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) expresó ayer su preocupación por las informaciones que apuntan al uso de armas químicas en Siria e indicó que examina cualquier informe creíble de parte de un miembro de la Convención de Armas Químicas.


jlcg

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