Durante las últimas 24 horas se ha multiplicado la llegada a Grecia de refugiados procedentes de Turquía (a través del mar Egeo), al registrarse un total de 766 personas, de acuerdo con la comisión griega que gestiona la crisis de los migrantes que huyen de la guerra en Medio Oriente. Apenas dos días atrás, el número de migrantes ilegales osciló entre 192 y 232 personas, mientras que el 27 de marzo se dio uno de los registros más bajos desde que inició el éxodo masivo de refugiados, con un total de 73 personas.

De acuerdo con las autoridades griegas, el ritmo de llegadas diarias a ese país se redujo fuertemente, al pasar de más de mil personas a entre 100 y 300, y aunque Turquía sostiene que este descenso es resultado del acuerdo establecido entre Turquía y la Unión Europea (UE) para contener el flujo de migrantes ilegales hacia Europa, algunos especialistas sospechan que podría deberse a las malas condiciones climáticas de los últimos días, que habrían dificultado la travesía.

“Lo que ha ocurrido no nos gusta nada, si este ritmo sigue las islas estarán llenas de nuevo en una semana. No se puede aplicar el acuerdo [para devolverlos a Turquía] con 5 mil llegadas por semana”, comentó ayer Yorgos Kyrtsis, representante de la coordinadora griega de gestión de crisis a la agencia de noticias EFE.

El acuerdo establecido entre el gobierno turco y la UE consiste básicamente en que Grecia debe expulsar a Turquía a toda persona que llegue de manera irregular a su territorio y que no califique para recibir asilo político allí. Por cada inmigrante devuelto, la UE acepta reubicar a un refugiado sirio desde Turquía, hasta un máximo de 72 mil.

Grecia, por su parte, ya ha preparado un proyecto de ley, que podría aprobarse este viernes, para reconocer a Turquía como un país seguro adonde devolver inmigrantes, informó Kyritsis. Este punto, bajo los criterios comunes europeos, consiste esencialmente en asegurar que en el país de recepción no esté amenazada la vida o la libertad de un individuo.

La ley regulará además el funcionamiento del Servicio de Asilo, que tramitará las solicitudes de quienes piden protección internacional una vez llegados a Grecia, y de la Autoridad de Refugiados, responsable de examinar los recursos de solicitudes rechazadas.

Ayer el ministro adjunto de exteriores turco, Ali Naci Koru, expresó durante su participación en el foro internacional organizado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que el tratado alcanzado con la UE podrá tener éxito sólo “si las dos partes implementan el acuerdo”. Mientras tanto, los refugiados protestaban en los campamentos de Grecia contra las deportaciones masivas que iniciarían el próximo lunes, con consignas como “Mátennos aquí pero no nos devuelvan a Turquía”, en alusión a las condiciones de vida que, sostienen, les esperan en ese país.

Las autoridades griegas decidieron esta semana lanzar una campaña para convencer a los migrantes ilegales de abandonar los campamentos irregulares y sumarse a los centros oficiales, y a evitar la propagación de mensajes en redes sociales sobre nuevas “rutas seguras” para adentrarse en Europa o para optar por los servicios de un traficante para llegar a un destino mejor.

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