Donald Trump prometió mostrar su lado más suave mientras él y sus tres rivales republicanos restantes se preparan para sostener esta noche su último debate antes de las cruciales primarias de la próxima semana. También se comprometió a "liquidar lo que uno debe liquidar", lo que generó dudas sobre cuál Trump se presentaría.

Cada uno de los candidatos tiene una importante misión debido a que el debate en la Universidad de Miami les otorga una última oportunidad para plantear sus propuestas ante millones de personas, antes que los votantes en Florida y otros cuatro estados repartan un valioso botín de delegados el martes. Tales elecciones contribuirán en gran medida al resultado de la temporada de las primarias.

Ted Cruz busca cimentar una posición como la última y mejor alternativa del partido ante Trump. Marco Rubio sale en busca de rescatar su decaída candidatura al alentar a los votantes en Florida, su estado natal. John Kasich esperaba que su estrategia de mantenerse lejos de toda polémica finalmente rinda frutos.

Trump, por su parte, se mostraba ansioso por dar a su campaña un impulso gigantesco hacia la nominación del partido al dominar al decreciente conjunto de rivales.

El presidente del Comité Republicano Nacional, Reince Priebus, dijo por adelantado que esperaba un "debate más atenuado" que el más reciente enfrentamiento republicano, ocurrido hace una semana, cuando los candidatos se enfrascaron en una pelea de dos horas que incluyó gritos, insultos e incluso indirectas de índole sexual.

El presidente Barack Obama, al ofrecer un comentario político, dijo que el partido pasaba por una "crisis republicana" que ha tomado el tono de un "circo". Obama rechazó cualquier noción de que sus propios actos o políticas fueran culpables del polarizado clima político.

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