Washington.— Ante una inesperada espiral de violencia, el gobernador de Maryland, Larry Hogan, declaró ayer estado de excepción y activó a la Guardia Nacional para tratar de sofocar los disturbios y vandalismo que han incendiado Baltimore, una metrópoli que hasta hace poco aspiraba a ser considerada modelo de inclusión racial.

Cientos de manifestantes chocaron ayer con la policía, horas después de que miles de personas asistieran al funeral de Freddie Grey, un joven afroestadounidense que falleció de una severa lesión vertebral cuando se encontraba bajo custodia policial.

El saldo era de al menos 15 oficiales heridos; hubo 27 detenidos, informó el capitán J. Eric Kowalczyk de la policía de Baltimore. Las escuelas están cerradas.

El gobernador convocó a la Guardia Nacional para enfrentar “la creciente violencia y los disturbios” y dijo que “no se tolerarán los saqueos ni los actos de violencia”. Condenó duramente los hechos y señaló que existe una gran diferencia entre una protesta pacífica y una violenta.

En medio de una rápida sucesión de eventos, la alcaldesa de la ciudad, Stephanie Rawlings-Blake, informó que a partir de este martes entrará en vigor un toque de queda de las 10 de la noche a las 5 de la madrugada. “No vamos a permitir que nadie destruya nuestra ciudad. Es francamente idiota pensar que con este tipo de actos de violencia se puede resolver algo”, aseguró Rawlings-Blake en una rueda de prensa.

Los adolescentes menores de 14 años deberán cumplir el toque de queda a partir de las 21:00 hora local, y sólo las personas con urgencias médicas o en ruta desde o hacia su trabajo podrán circular sin ser detenidas.

“Muchas generaciones de personas han construido esta ciudad como para que sea destruida por matones”, deploró. “Estamos desplegando todos los recursos posibles para recuperar el control y asegurar la paz”, remató la alcaldesa.

Decenas de jóvenes asaltaron centros comerciales, incendiaron coches y enfrentaron a la policía con palos y piedras. En medio de estos incidentes, el presidente Barack Obama habló ayer con la alcaldesa de Baltimore y le ofreció proporcionar la asistencia que sea necesaria, indicó la Casa Blanca.

Fuentes de la administración Obama confirmaron que el presidente también habló sobre los disturbios con la secretaria de Justicia Loretta Lynch. Obama y Lynch se reunieron en la Oficina Oval de la Casa Blanca mientras se transmitían por televisión escenas de los violentos disturbios.

Los equipos tácticos de la policía de Baltimore eran desplegados en varias calles de la ciudad, en medio de una alerta policial sobre la amenaza de que los agentes fueran blanco de ataques armados. Ayer por la tarde los manifestantes saquearon locales; varios autos y al menos una tienda fueron incendiados. Los Orioles de Baltimore pospusieron su partido.

La ola violenta inició en el vencindario de Mondawmin, cerca de la iglesia bautista New Shiloh, donde familiares y amigos de Gray se reunieron para rendirle tributo. Luego fueron avanzando hacia el centro de la ciudad, donde los manifestantes fueron repelidos por la policía.

Algunos de los oficiales sufrieron fractura de huesos, mientras que uno de ellos perdió el conocimiento, informó Kowalczyk. Oficiales, equipados con casco y escudo utilizaron gas pimienta en un esfuerzo por contener a los saqueadores.

Al caer la noche, cientos de jóvenes enmascarados participaban en actos de vandalismo y robo.

Un helicóptero sobrevoló la zona mientras alborotadores recorrían la ciudad. Un grupo se introdujo en un auto y condujo alrededor de la zona. Algunos oficiales se mantuvieron en formación para contener a los manifestantes.

La familia de Freddie Gray, que había participado en una ceremonia religiosa en memoria de su hijo, quedó sorprendida por la violencia. Esperaban organizar una marcha pacífica durante la semana, informó el abogado de la familia, Billy Murphy. Pero dijo desconocer que iba a haber disturbios y solicitó que prevaleciera la calma.

“No quieren que este movimiento nacional se vea ensuciado por la violencia... no tiene sentido”, dijo

La policía pidió a los padres que localicen a sus hijos y los lleven a casa. Muchos de los que se encontraban en las calles parecían de ascendencia negra, portando mochilas y pantalones khaki, que son parte del uniforme de muchas escuelas públicas.

Gray falleció el 19 de abril debido a una no aclarada lesión de espina dorsal sufrida mientras estaba bajo custodia de la policía. El Departamento de Justicia y autoridades locales están investigando el caso.

Con información de agencias

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