”De la noche a la mañana me quedé sin nada”, dijo Rosa María Castelán Vera, habitante de calle Emiliano Zapata del barrio Xahuento, donde el pasado 21 de marzo estalló un almacén clandestino de pirotecnia, lo que provocó la muerte de tres personas y una más que está desaparecida, así como la destrucción de 11 viviendas.

Las 11 familias pernoctaron en la vía pública, frente a sus domicilios.

Afectados relataron que ninguna autoridad acudió al lugar para solidarizarse con ellos y solamente una empresa les brindó alimentos y colonos les llevaron cobijas, aunque los servicios de emergencia sí actuaron con rapidez tras el percance.

El alcalde Armando Portuguez Fuentes, del PRD, informó que en el sitio murieron dos adultos y un menor de edad, en tanto que está desaparecido otro menor de edad, que conducía el vehículo donde eran acomodados productos pirotécnicos para su traslado y donde se originó el estallido.

Mencionó que la unidad contaba con autorización de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para el traslado de juegos pirotécnicos y el estallido ocurrió cuando los productos eran acomodados en el vehículo, fuego que se extendió al almacén, que quedó destruido en su totalidad.

Añadió que 11 viviendas resultaron afectadas, cuatro de ellas destruidas, por lo que el gobierno municipal instaló un albergue en lo que será un comedor comunitario para recibir a los afectados.

“Casos como este nos ponen en el ojo del huracán”, dijo el munícipe de Tultepec, municipio pirotécnico, cuyo gobierno ayudará a los afectados y “buscaremos mecanismos y medidas de control” para evitar que se repitan ese tipo de accidentes.

Portuguez Fuentes expresó que murieron Jorge Solano Frutis, dueño del almacén clandestino; Pedro Sosa Garcés y el menor Erick “N”, de 15 años de edad, en tanto que está desaparecido Eduardo “N”, de 17 años, hijo del propietario del sitio y quien conducía la unidad que era cargada con pirotecnia, por lo que la Procuraduría de Justicia de la entidad efectúa peritajes para determinar si los restos hallados corresponden al menor. El brazo de una víctima fue hallado a 150 metros del sitio del estallido.

Familias afectadas mencionaron que desconocían que en el sitio eran almacenados productos pirotécnicos, por lo que ignoraban que vivían “junto a una bomba de tiempo”; algunos estimaron que los daños en sus viviendas oscilan entre los 300 mil y 500 mil pesos, pues cuatro de ellas fueron destruidas por el impacto y las lozas de concreto que volaron por el lugar.

Miriam Oble Meneses, de 34 años de edad, estaba en su vivienda cuando ocurrió el estallido, junto con sus hijos de 5 y 1 años de edad, la primera de ellas que sufrió lesiones. Su vivienda quedó destruida, pero afortunadamente su familia no sufrió daños graves.

La casa de Javier Solís Flores también sufrió daños, ya que un pedazo de loza de concreto cayó entre el baño y la sala.

Los afectados pidieron ayuda a los gobiernos estatal y municipal para reconstruir sus casas.

afcl

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