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Olivia Gómez Garibay, de 68 años, admite que aún no se acostumbra a que le digan diputada. Su vida cambió diametralmente gracias a la suerte. Su nombre salió de la tómbola para que se anotara como número uno de la lista de diputados plurinominales y ahora ocupa una curul en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Dice que por el momento no tiene alguna iniciativa en mente, pero que se centrará en mejorar las condiciones educativas de los jóvenes, la seguridad y ayudar a la gente de Cuautepec, de donde es originaria.

“Voy a aportar la mitad de mi salario para que se construyan universidades, porque no quiero que se queden los muchachos sin estudiar”, declara a EL UNIVERSAL.

Dice que presionará para que concluya la construcción del plantel Cuautepec de la UACM y 3 mil 500 alumnos puedan terminar la universidad, pues “la gente nos pide más espacios porque los jóvenes son rechazados por lo mismo de que no hay lugar”.

La asambleísta conoce esta situación, porque desde hace 43 años vive cerca de esta universidad, en la colonia Cuautepec Barrio Alto, una de las zonas con mayores índices de marginación en Gustavo A. Madero y la capital.

Destaca que ahí hace falta un combate más fuerte al robo a transeúnte y a casa-habitación, pero también pide transparencia en el otorgamiento de programas sociales, pues los vecinos le reclaman que “nada más se los dan a gente conocida de otros partidos”.

“Queremos que Mancera dé a conocer los programas universales que hay y que lleguen a la gente, porque no todos tienen esas becas”, señala.

La asambleísta no tiene experiencia legislativa o en el servicio público. El pasado 23 de febrero su nombre fue el primero en ser seleccionado en una tómbola que Morena organizó para asignar dos terceras partes de sus candidaturas a diputados plurinominales del Distrito Federal y otras entidades en el pasado proceso electoral. Ahí fue donde Olivia amarró su curul en la ALDF. Su nombre entró al sorteo porque así lo decidieron sus compañeros del comité seccional. “No me lo imaginaba, pero estoy contenta porque voy a poder ayudar a la gente”, dice.

La diputada defiende este método de selección porque no se presta a cuotas partidistas o dedazos: “Ya ve que ellos se dejan el lugar, se dicen ‘ahora tú vas a ser diputado, presidente’”.

Originaria de Michoacán, llegó al DF a los 14 años. Estudió hasta la secundaria y es ama de casa, pero después de la fundación de Morena en 2011, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, empezó un trabajo territorial con un comité seccional.

“Siempre me he dedicado a mi casa y ahora me dedico a visitar gente. Tengo mi comité en la casa, nos reunimos de 40 a 70 personas”, calcula y añade que es un espacio para discutir problemas y la situación nacional.

Sobre López Obrador, la legisladora resalta que lo ha seguido como dirigente, pues “siempre se ha preocupado por la gente humilde”.

Cuando se le pregunta si se siente en desventaja de sus compañeros legisladores por la falta de experiencia, Gómez Garibay hace una pausa y asegura que no. En ese momento su asesor le recuerda hablar de los tres principios de Morena, mismos que repite: “No mentimos, no robamos y no traicionamos al pueblo”.

La diputada local y su pareja, Eduardo, viven en unión libre desde hace más de 40 años. Él es pensionado y tienen dos hijos, de 43 y 40 años.

Asegura que son de bajos recursos pues viven con 3 mil 800 mensuales, de los cuales mil son de la pensión de adultos mayores que les da el GDF. “Con eso la llevamos...”, comenta la mujer sentada en su curul. Hoy la situación económica de la mujer de 68 años cambió diametralmente, pues como diputada local tendrá un salario de 68 mil pesos mensuales, más las prerrogativas que le dé su bancada.

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