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“¡Más rápido, apúrate, más rápido; a que no me alcanzas!”, resonaba el grito de un niño, entre muchos, en la Alameda Sur de la capital mientras su hermana lo perseguía sobre de una hoverboard —patineta electrónica—, regalo que les trajeron los Reyes Magos a cada uno.

Los hermanos Lía, de 10 años , y Jorge, de nueve, ambos estudiantes de la misma escuela primaria, concordaron en que su intención antes de volver a clases el próximo lunes es “aprovechar los últimos días de vacaciones jugando con nuestros regalos nuevos”.

Asimismo, Alfonso y Rosa, residentes de la zona de Villa Coapa y padres de los niños que jugaban con sus nuevas patinetas electrónicas, aseguraron que cada 6 de enero “es un día que esperan con ilusión todos los niños... y no hay nada mejor que apreciar su inocencia disfrutándola en familia... aunque en estos momentos esté la contingencia ambiental”, añadieron.

Alegría infantil. Entre carcajadas, Luis y Enrique, hermanos de aproximadamente cinco y cuatro años de edad, pedaleaban sus triciclos nuevos mientras alternaban el juego con sus robots manipulados a radiocontrol.

Los padres de los pequeños, sentados sobre una de las gradas cercanas al foro al aire libre, los vigilaban a distancia para que no se alejaran de la zona, y aunque éstos se negaron a un entrevista con EL UNIVERSAL, ambos contemplaban a sus hijos con una sonrisa en el rostro.

Asimismo, pero en el centro de Coyoacán, Karen, un niña de 12 años de edad, se paseaba en una bicicleta roja que los Reyes Magos le trajeron. Mientras se acomodaba el casco y las rodilleras de protección, señaló que pretende “portarse mejor este año” con la Intención de “recibir más regalos el próximo Día de Reyes”.

En el Jardín Hidalgo, también ubicado en la delegación Coyoacán, la afluencia de pequeños que estrenaran sus juguetes fue mucho menor; sin embargo, algunos niños y niñas pasaban montados en patines de línea y patinetas, o simplemente pateando una pelota.

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