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Olor a heces fecales y orines, vidrios vandalizados y un grupo de indigentes, rodean al edificio que era sede de la Contraloría General de la Ciudad hasta el año 2012 y que ahora se encuentra en abandono.

Actualmente, la gente intenta pasar rápido a un costado del inmueble, incluso prefieren no voltear a verlo, pues el excremento es lo primero que se puede ver; además algunas personas en situación de calle, con la intención de buscar algún bocado para comer, se acercan a los paseantes, lo cual asusta a quien camina por ahí.

“Me das el tren”, “Me regala un peso”, “Me da para un cigarro”, son algunas de las solicitudes de las personas que ocupan el inmueble rojo cubierto con espejos, ubicado en el número 92 de la avenida Juárez, en la colonia Centro.

Pero este edificio ha pasado por varias instituciones a lo largo del tiempo, además ha sufrido una demolición, un incendio, la reducción de tres pisos y el abandono total.

En una visita que realizó EL UNIVERSAL, se observó que la gente en situación de calle se cubre de los rayos del sol, de la lluvia, o solamente busca un lugar para recostarse, pero además aprovechan el lugar para hacer sus necesidades fisiológicas, y la gente le echa cal para tratar de esconder el olor, lo que no se consigue.

En las esquinas, sobre las calles Iturbide y Humboldt se instalan puestos de comida, el olor y la presencia de los indigentes ha provocado que sus ventas disminuyan, pues la gente ya no quiere comer ahí.

“Ya no vendemos, pero las autoridades no hacen nada, se supone que el edificio es del gobierno, pero lo ha tenido abandonado y sólo genera un foco de infección”, dijo uno de los vendedores.

Hasta finales del 2012 el inmueble fue ocupado por la Contraloría General de la Ciudad de México, y ahora sólo es custodiado por dos policías en dos turnos. El edificio, propiedad del Gobierno de la CDMX, se ubica sobre la avenida Juárez, que es la entrada del corredor turístico.

También había sido sede de la extinta Comisión Nacional da Abasto Popular (Conasupo), la Secretaría de Turismo y la Secretaría de Gobernación, luego de que Pemex dejó el inmueble en la década de los 70.

Tras los vidrios vandalizados, se puede observar el mural Los grandes valores nacionales de México, el cual que fue pintado en 1973 en el vestíbulo del edificio por el duranguense Ángel Boliver. También se pueden apreciar cuatro elevadores, dos escaleras a los costados de éstos y una cuneta, lo que lo hace lucir en “ele”, que ahora sólo se polvean.

La estructura del edificio también se ve afectada, pues se observa que se está hundiendo y por la orilla de todo el inmueble se visualizan las cuarteaduras que alcanzan más de 15 centímetros de ancho.

Historia. Su historia es amplia y llena de tragedias, en 1977 un incendio destruyó varios pisos, con daños de 20 millones de pesos. En el temblor del 19 de septiembre de 1985 el edificio sufrió algunas afectaciones que provocaron que se redujera su altura, por lo que perdió tres pisos: de 11 pasó a ocho, como se encuentra hoy en día.

Sus últimos inquilinos han sido los indigentes, pero se han convertido en un vaivén con las autoridades, pues desde 2014, han sido retirados y a los pocos días regresan y se instalan por varios meses.

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