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Contrario a lo que opinan otras fuerzas políticas e incluso grupos del mismo partido, la ex ministra Irma Cué Sarquis advierte que rumbo a la elección de la Asamblea Constituyente el PRI peleará limpio y sin voto clientelar.

Sin corta pizas, ratifica que el partido tricolor que aparecerá en las boletas el próximo 5 de junio será el de la ciudadanía, de los pequeños y grandes propietarios, de comerciantes, industriales, de todas las academias y también de los jóvenes.

“El 5 de junio van a competir partidos y por el PRI digo que tenemos muchos años de haber hecho gobierno, estamos en una pelea limpia, no tenemos voto clientelar, tenemos un voto razonado, quizá por eso no tenemos tantos”, asienta con la cabeza la también abogada veracruzana quien encabeza la lista de los 60 aspirantes del PRI.

A los detractores les aclara que en el Constituyente no habrá sobrerrepresentación por parte del tricolor.

“Imagino quién puede ser el que anda de inequitativo diciendo por todos lados, ¡qué curioso!, viven del escándalo, de gritar es inequitativo y no cuentan lo que reciben, que no es poco y cuando es muy poco dicen no lo quiero. Es materia de escándalo y quien vive en el escándalo, cuidado, porque en el escándalo se puede morir”.

Admite que será una pelea difícil pero puntualiza que nunca se han retirado, que siempre han estado en la primera fila, peleando con el primero que brinque y disfrutando hacerlo.

La ex secretaria General del CEN del PRI arguye que la ciudadanía votará por un grupo de 60 personas no sabios, no iluminados, no gurús. Sesenta individuos que se sentarán en la vieja casona de Xicoténcatl a decir que sí y que no en la creación de la Constitución.

Pocos hablan de lo que será la Constitución pero si de los riesgos que se corren de perder derechos. ¿Esto es verdad?

— Una Constitución es la norma máxima que tiene las reglas generales y disposiciones específicas. Otorga garantías, reconoce derechos, eso es lo que nos gustaría quedara en la Constitución, que atienda las diferentes maneras de vivir y de pensar en esta sociedad y que a veces parece que sólo se atiende a la clientela, a veces parece que no se nos escucha.

En una Constitución se describe el territorio, después se dice cómo se va a gobernar de los asuntos generales a los particulares. Después se establece cuáles son las relaciones con otras partes de la federación.

Posteriormente se trabaja en cómo debe ser la organización de un gobierno central y de las delegaciones, la Constitución empieza con los derechos. No es sólo para el gobierno, el poder legislativo que dicta la norma, el gobierno que la aplica y el judicial que ve si se pueden o no aplicarlas.

Se tiene que ver cuáles son los casos en los que se tiene que hacer una modificación. No es un documento terminado, siempre será vivo y estará sujeto a cambio. Todos tenemos derecho a la vida, a la educación, a tránsito, a la cultura, a cuidar del entorno, a que se cuiden parques y jardines.

¿No hay riesgo de perder derechos? ¿Se está desviando la atención?

—Ganar un derecho para perderlos ¿no cree que sería absurdo? No, además no es un tema constitucional.

La Ciudad tiene una vida propia, creo que si se está desviando la atención de lo que realmente es la Constitución y no es cierto que se perderán derechos, así no sería nunca.

Usted ha desempeñado otras responsabilidades, ¿qué representa estar en el Constituyente?

— Una tarea hermosa, una gran distinción y enorme responsabilidad, soy exactamente igual que todas las personas que estamos en la lista.

¿Cuál es la propuesta del PRI, de Irma Cué?

—Vamos a tener que trabajar un proyecto que será presentado por el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, cuando conozcamos ese proyecto nos sentamos y lo comentamos. Lo más importante es preservar todos los derechos humanos y en materia del gobierno del DF tiene que ser una administración que refleje lo que es el Gobierno del Distrito Federal.

¿Qué le preocupa?

—Cuando quisieron poner parquímetros me salí a las calles, me fui a las plazas y dije todo lo que no quería, pero pienso que deberíamos tener consejeros que estuvieran en un lugar determinado y la gente se pueda acercar para decir “no me gusta lo que pasa”. Creo en la armonía, debemos buscar la forma de que esta Ciudad sea armónica, si es posible, no se pide de la totalidad de la vida de una persona. Mi partido es muy consciente, sabe qué hay que hacer, y a las pruebas me remito.

¿En qué más daría la guerra?

— Para mí que vivo en Coyoacán, no se vale, pero cambiaría el servicio público de transporte para las personas que sólo en él se mueven, las costumbres de dejar desechos en las calles porque aunque dicen que es el aire que limpia la contaminación la verdad es que todos participamos en parte de la contaminación. Que todos pusiéramos un minuto para pensar esta es mi ciudad, lo primero que debo de hacer es comportarme como un ser humano y no un troglodita, esa es mi ciudad que quiero, con ambiente limpio y sano.

Esta tierra no es nuestra, nos vamos a ir en un cajón o en una urna y que el tiempo que estemos aquí sirvamos para dejar una buena memoria, aunque dure los próximos 30 años y se mueran los que nos conocieron.

Oiga, ¿el tema de la marihuana debe estar en la Constitución?

— ¿No le parece que la Constitución es muy importante para poner un asunto menor, no es algo de relevancia.

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