Al cumplir su primer semestre de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) habrá llevado a cabo 125 conferencias de prensa matutinas, de lunes a viernes a las 7 de mañana. En semanas recientes, algunos analistas han demeritado el uso de las conferencias diarias como una herramienta de comunicación eficaz y eficiente, pues su frecuencia, formato y contenido no cumplen los objetivos para los que están diseñadas. No es casualidad que ningún mandatario, ni antes ni ahora, las lleve a cabo.

A través del seguimiento de las conferencias de prensa diarias del presidente AMLO, que llevamos a cabo en SPIN (spintcp.com/conferenciapresidente) notamos que se repiten, cada vez más, las referencias históricas y las críticas a los gobiernos de los cinco presidentes previos, por lo que ocupa un tiempo cada vez más extenso para responder a las preguntas de los periodistas. A pesar de que el promedio diario de duración de las conferencias se ha mantenido relativamente estable (alrededor de 84 minutos), el número de reporteros que tienen oportunidad de preguntar se ha reducido a la mitad: después de separar el tiempo que se utiliza para las presentaciones iniciales (22 por ciento), las respuestas por reportero promedian 12 minutos (http://bit.ly/2MntaKS)

El contraste con el pasado no es lo único que distrae al presidente de posicionar logros que estén a la altura de la expectativa de la Cuarta Transformación de México. En días recientes, los reporteros cuestionaron sobre renuncias de integrantes del gabinete y crisis de abasto de medicinas en las clínicas y hospitales de gobierno, sumándose a las dudas sobre otros temas que aún no se resuelven del todo: migración, creación de empleos, crecimiento económico, robo de combustibles, conflicto magisterial, entre otros. Tanto la atención a las crisis de coyuntura, como el contraste con el pasado, son la esencia de las conferencias de prensa del presidente AMLO.

¿Existe un costo de oportunidad de hacer 47 afirmaciones no verdaderas por conferencia (11 promesas, cuatro compromisos, 25 no falseables y siete falsas) si no existen noticias que refieran a avances de gobierno? Cuando el presidente AMLO quiera informar sobre los avances de su gobierno, ¿superarían al ruido generado en las conferencias de prensa durante los primeros seis meses? Más aún, ¿dejará a un lado sus afirmaciones no verdaderas y dará paso a información relevante sobre el avance de la Cuarta Transformación?

Ante el interés y la expectación generados por el cambio de régimen (como el presidente lo ha definido), llama la atención que se ocupe el tiempo de las conferencias de prensa —eje de la comunicación gubernamental— en recordar el pasado, descalificar adversarios, prometer sin plazo de cumplimiento y comprometerse a entregar información sin darle seguimiento. Quizá, por el momento, no haya más de qué hablar.

Independientemente de que las conferencias sean más una herramienta de propaganda que de transparencia y rendición de cuentas, se ha abierto otro debate: su potencial impacto durante las campañas políticas locales y federales, especialmente si se aprueba la ley de revocación de mandato, involucró a las autoridades electorales, lo que provocó que las conferencias se dejaran de transmitir del miércoles 29 al viernes 31 de mayo en medios oficiales (redes sociales y canales de televisión).

Conferencias de prensa que no manejan crisis; que aunque dan de qué hablar, no establecen agenda; que no favorecen la verdad; y que no se transmiten en los medios. ¿Para qué sirven?

Director General de SPIN. Twitter: @luisestrada_

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