El Congreso del Estado acordó solicitar un informe a las autoridades judiciales sobre las investigaciones de la extraña desaparición de la indígena raramuri María Olguín Olguín, cuyo paradero desde hace 38 días de desconoce.

La mujer que formaba parte de un grupo de Tarahumaras de la comunidad de Cuitaboca, de Sinaloa, municipio en que a inicios del mes de septiembre pasado instalaron un campamento en el exterior de la catedral en demanda de ayuda en alimentos, salud, viviendas y caminos. Fue vista por última vez la tarde del pasado 26 de septiembre al salir del hospital Pediátrico.

En tribuna, el diputado local del Partido de la Revolución Democrática, Efrén Lerma Herrera, abordó el tema en el contexto de su exposición sobre la Ley de Derechos y Cultura Indígena, por lo que estableció que preocupa esta extraña desaparición.

Hizo ver que desde hace 38 días, la señora Olguín Olguín, quien no habla ni entiende muy bien el español, ha sido buscada por sus familiares, entre ellos su esposo Fausto Castro Castro, el cual desconoce que sucedió con ella.

Lerma Herrera subrayó que no es posible que la autoridad no cuente con algún dato o pista que permita establecer que sucedió con ella, puesto que la primera versión que se tuvo es que posiblemente se había extraviado.

En la sesión de la LXII Legislatura se acordó un punto de acuerdo para solicitar al Procurador de Justicia del Estado un informe detallado de la investigación abierta sobre este caso, puesto que se presentó una denuncia formal por parte de los familiares de la indígena.

La Procuraduría de Justicia del Estado divulgó la fotografía de María Olguín Olguín de la etnia raramuri, la cual la tarde del pasado 26 de septiembre notificó al personal del hospital Pediátrico, donde acudió a visitar a uno de sus hijos internados por problemas de salud, que iría a su campamento a comer.

A fines del pasado mes octubre, un grupo de Tarahumaras, encabezados por el esposo de la indígena, Castro Castro, se apostaron con pancartas y la foto de María en el exterior de la sede del Congreso del Estado para solicitar su intervención en su búsqueda.

El grupo de Tarahumaras, en la primera semana de octubre pasado, retornaron a su comunidad de Cuitaboca y su esposo sólo permaneció una semana más, en espera de algún dato que permitiera ubicar su paradero.

Oscar Loza Ochoa, miembro de la Comisión de Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (no gubernamental) señaló que todos los datos que se reciben sobre su supuesto paradero son cotejados y hasta el momento, ninguno a resultado cierto.

Señaló que se requiere un trabajo de inteligencia, puesto que no es posible que una persona con características de indígena, con escaso entendimiento del español, no haya sido vista en algún punto.

afcl

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