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La estrategia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que ha encontrado muestras de apoyo de organizaciones no gubernamentales, sindicatos, estudiantes y hasta autoridades eclesiásticas en al menos 15 entidades, fue analizada por especialistas en temas educativos y sociales.

Algunos expertos consideran que el reunir apoyo ha servido como parte de la presión del magisterio disidente, mientras que otros señalaron que la CNTE está lejos de tener una estrategia de guerrilla, pues su movimiento es público, en el que participan diversos sectores de la sociedad.

Para el maestro y politólogo Jaime Rivera Velázquez, en Michoacán la coordinadora se fortaleció desde 1990 y se empoderó con el apoyo financiero del gobierno perredista de Lázaro Cárdenas Batel, así como del control que le otorgó el ex mandatario Leonel Godoy Rangel, al entregarles por completo el poder sobre el sistema educativo estatal a través de la rectoría de la Secretaría de Educación.

El historiador michoacano Arturo Herrera Cornejo dijo que los maestros han sido respaldados siempre por los estudiantes de las diferentes Normales, al ser su semillero natural.

Ambos coinciden en que el movimiento magisterial no será fortalecido por el tejido social, pues existe más rechazo que aceptación de los michoacanos hacia sus movilizaciones.

Mientras, para el catedrático de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Pablo Vargas, el movimiento de la CNTE está lejos de ser un foco guerrillero y, justamente para evitar que estas acciones que se dan en diferentes entidades es que se llevan a cabo de manera pública y abierta.

A su parecer, la estrategia que ha tenido la CNTE y que se pudo visualizar desde los hechos de Nochixtlán, es incluir a padres de familia y grupos sociales como medida de presión.

“Esta estrategia más que éxito, podría llamarlo repercusión, ya que se han adherido muchas entidades que antes no aparecían”, apuntó.

El ex director de la Normal Rural de Ayotzinapa, Humberto Santos, dijo que el apoyo de grupos como los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue determinante para que se diera el diálogo con Gobernación.

“Veo muy difícil que vayan a cancelar la reforma, hay mala lectura de la CNTE. El sistema educativo está mal como se tiene, no beneficia a todos; una reforma más radical se necesita, tenemos un sistema corrupto, incongruente”, criticó.

Para Arturo Miranda Ramírez, catedrático de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), el apoyo de las organizaciones sociales ayudará a ejercer presión para que la reforma no se dé como está planteada.

El catedrático universitario y ex ómbudsman en Sinaloa, Óscar Loza Ochoa, dijo que la estrategia de la CNTE de recurrir a movilizaciones y bloqueos, es un recurso de presión para hacerse escuchar.

No se puede definir si son exitosas o no puesto que tienen varias aristas, una de estas tiene que ver con el disgusto que genera entre ciudadanos ajenos a su movimiento que ven lesionados sus derechos al no poder transitar con libertad.

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