Con marcha, menores exigen seguridad laboral

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Niños indígenas marcharon este sábado, para exigir a las autoridades seguridad laboral; denunciaron que empleados municipales los acosan y los corren de las calles, mercados y otros espacios, donde —por necesidad— trabajan en la venta de artesanías y frutas.

Los menores, acompañados de sus madres, caminaron de la plaza del barrio de Guadalupe a la plaza Catedral. Durante la caminata corearon que son pacíficos, “respetamos a las autoridades” y “exigimos respeto también”.

“Salimos a marchar porque queremos que las personas se den cuenta que no sólo los adultos trabajan, sino que los niños y adolescentes [también] lo hacemos”, dijo una niña que tomó la palabra en la plaza Catedral, pero sin dar su nombre.

Agregó que los niños piden que se respeten sus derechos como trabajadores, sin embargo, en esta ciudad “cada día son más los niños, niñas y adolescentes que realizamos una actividad laboral.

“Hemos escuchado de las autoridades, que la presencia de los niños que laboran en la vía pública damos una mala imagen para la ciudad turística, pero tenemos que salir a las calles, porque nos hemos visto orillados por la situación de pobreza en que se encuentran nuestras familias”, dijo la oradora.

La menor propuso al Estado que en vez de erradicar el trabajo infantil, proteja a los niños y adolescentes de la violencia, explotación y discriminación y “mejore nuestras condiciones de trabajo”, para que “no se dañe nuestra integridad física y emocional”.

Y hoy [ayer] que se festeja el Día del Niño, pedimos a la Secretaría de Educación Pública que otorgue “horarios flexibles” para quienes trabajamos en la vía pública, para contribuir en la economía de las familias.

A los trabajadores del área de Servicios Públicos del ayuntamiento exigieron respeto, “que no nos humillen y nos quiten la mercancía que vendemos, porque si lo hacen, entonces los vamos a denunciar”.

El llamado se extendió a las organizaciones que trabajan en la vigilancia de los derechos humanos, para que estén pendientes de los niños que trabajan en la vía pública de San Cristóbal de las Casas, para que las autoridades de todos los niveles no les violenten sus garantías.

La marcha la organizó Melel Xojobal, organismo que trabaja por el respeto a sus derechos humanos y que hasta 2014 había contabilizado hasta 3 mil 298 infantes y adolescentes que laboran en la vía pública de esta ciudad.

El informe Conteo de niñas y niños trabajadores y acompañantes. Comparativo 2010-2014 detalla que en 2010 eran 2 mil 418 los niños que trabajaban en la vía pública, mercados y otros lugares, en 2012 fueron 2 mil 472, pero en temporada alta llegaron a contabilizarse hasta 3 mil 324. En 2014, en temporada baja, se contabilizaron 2 mil 594 y en temporada alta, 3 mil 298 infantes y adolescentes.

En cuanto a edad, la organización detalla: “Por ejemplo, durante la temporada alta de 2012 el 26.0% de las niñas y niños contados tenían entre 0 y 6 años, mientras que en la temporada baja de 2014 el rango de edad era de 7 a 12 años.

Ellos ya no alcanzaron el festejo. Ayer, entre llanto de dolor e impotencia de familiares y amigos de los Gómez, fueron sepultados en Chanal los niños Héctor y Moisés, de 4 y 6 años de edad, quienes perdieron la vida cuando una ambulancia que los trasladaba para recibir atención médica de urgencia, no pudo continuar hacia el hospital, porque la carretera estaba cerradas por un grupo de indígenas tzeltales.

El alcalde de Chanal, Javier Velasco Bautista, recordó que en el punto conocido como San Antonio El Monte II, los niños que eran acompañados por la madre en la ambulancia tuvieron que esperar hasta dos horas para que les permitieran el paso.

En entrevista, dijo que esas dos horas fueron decisivas para que los niños recibieran ayuda médica de urgencia, ya que se habían intoxicado al tomar ampolletas de penicilina caducadas que hallaron en un basurero.

“De no haber sido por el bloqueo, los menores estarían festejando el día del niño”, comentó Velasco Bautista que participó en la las exequias de Héctor y Moisés. Agregó que “con la vida no se juega”, por lo que pidió que la muerte de los niños no quede impune.