Tehuantepec.— Jimena, Araceli y Diana portan cartulinas con el hashtag#NiUnPasanteMas. Las jóvenes no rebasan los 26 años. No sólo están temerosas, están indignadas.

La situación no es para menos. Una de sus compañeras de la carrera de Médico Cirujano y Partero del Instituto Politécnico Nacional (IPN) fue atacada física y sexualmente hace una semana en el interior del Centro de Salud de San Pedro Comitancillo, donde prestaba el servicio social.

Las tres pasantes de Medicina llegaron junto con 11 compañeros más, incluyendo a la joven atacada, al Istmo de Tehuantepec en el mes de febrero, como parte del programa de preparación de la institución. Cada una fue asignada a espacios rurales de la zona.

Paradas frente a la puerta principal de la Subprocuraduría Regional de Justicia de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), las médicas recuerdan que su compañera nunca reportó algún incidente con los habitantes de la comunidad zapoteca donde se encontraba laborando.

Araceli Rosales García, de 25 años, recuerda que su compañera vivía, como la mayoría de los residentes, en el interior del Centro de Salud, con los enseres básicos para su sobrevivencia, porque tenía la Plaza C, es decir, atendía a los habitantes las 24 horas, con dos periodos vacacionales y un descanso semanal.

“Casi todos los pasantes duermen en el interior del Centro de Salud con lo necesario. En muchos de los espacios no se cuenta con la seguridad necesaria. Nuestra compañera vivía allí cuando fue atacada. A mí me tocó —porque la clínica es pequeña— que el pueblo me diera un cuarto aparte, pero cerca de la unidad, aunque no cuento con seguridad”, detalla Araceli, asignada a la población de Álvaro Obregón.

A raíz del ataque, los pasantes reforzaron su seguridad, aunque aseguran que están al amparo de Dios, porque no sólo se enfrentan a la inseguridad, sino también a la falta de intérpretes en lengua materna, carencia de medicamentos e instrumentos médicos.

Los familiares de los pasantes, al enterarse de la situación, se comunicaron con cada uno para convencerlos de regresar y concluir el servicio en otro espacio o buscar alternativas, pero se decidió concluir los servicios hasta el mes de febrero de 2016.

Jimena, Araceli y Diana determinaron establecer sus propias estrategias de seguridad, como no andar a altas horas de la noche por las calles de los pueblos, dar atención en las clínicas hasta un horario razonable, no ir solas, atender partos sin el acompañamiento de policías, entre otras medidas.

Desde el pasado viernes, se mantiene cerrado el Centro de Salud de San Pedro Comitancillo hasta que la autoridad municipal y la PGJE detengan a los responsables que atacaron a la joven.

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