Crecimiento en Cancún no es desproporcionado: Fonatur

El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), creador de Cancún, considera que, pese a que este destino vacacional ha perdido 77% de sus selvas, 64% de sus dunas, 68% de humedales, 85% por ciento de sus playas públicas y 85% de la dimensión de éstas, su crecimiento “no es algo desproporcionado”.

De acuerdo con una investigación presentada recientemente por la Doctora en Desarrollo Económico y Sectorial, Christine Mc Coy, Cancún rompió con su diseño original, tendiente a ser un destino sustentable.

En 45 años de vida, está reprobado en la materia, porque ha perdido buena parte de sus recursos naturales, las fuentes de trabajo que ofrece la industria turística generan bajos salarios y una calidad de vida cuestionable, la distribución de la riqueza es inequitativa y concentrada en pocas manos y los aspectos sociales y culturales se mantienen en el olvido.

La especialista considera que crecimiento no se traduce en desarrollo y que es momento de ponerle un freno a la expansión de cuartos de hotel, además de recuperar al Cancún que fue diseñado para la gente, no sólo para acumular dinero.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el director general del Fonatur, Héctor Gómez Barraza, asumió que Cancún ha crecido, pero no desproporcionadamente; se pronuncia por la edificación de más cuartos de hotel, siempre y cuando se acompañe con la introducción de mayores servicios y justifica el asomo de más habitaciones, porque se traduce en mayor entrada de dinero.

“Cancún ha crecido; no es algo desproporcionado; tampoco el crecimiento que se está dando, no es en todo Cancún, son ciertos lotes, es en la Tercera Etapa de Cancún. Entonces creo que la infraestructura que hoy existe ahí, lo único que hay que hacer es fortalecerla, dotarla de mayores servicios en beneficio de todos.

“Mayores cuartos de hotel, mayores ingresos; mayores ingresos, mayor derrama económica para el estado, para el municipio, para los trabajadores. Las familias de Cancún se ven beneficiadas, nada más que hay que hacerlo de manera responsable”, respondió.

Modificación al PDU rebasa planeación original

Bajo esa lógica, el funcionario dio entrada a la posibilidad de permitir que el Grupo RIU construya su quinto hotel, a ubicarse en la Tercera Etapa de Cancún –última zona desarrollable de este centro turístico- pese a que rebasa la densidad baja que el propio Fonatur estableció para esa área, pensada para amortiguar la alta y mediana densidad de la primera y segunda etapas del destino vacacional.

Si bien Fonatur no posee competencia en materia de permisos y autorizaciones para éste u otro hotel, sí debe dar el aval al proyecto que se pretende desarrollar, según lo establece el contrato de compraventa del predio, en el que especifica condicionantes en caso de que el comprador original lo transfiera a un tercero, como ocurrió.

Uno de esos candados es respetar el uso de suelo y los parámetros de urbanos que marca éste, aplicables en el predio en donde se pretende desarrollar el “Hotel Riviera Cancún”.

El proyecto original, presentado por la cadena española RIU, fue tajantemente rechazado por el Fonatur, ante la imposibilidad de dotarlo de agua, luz y drenaje, al rebasar la planeación hecha para esa zona.

“Excede los parámetros urbanos de construcción establecidos en las obligaciones contractuales contraídas con el mismo, dado que las restricciones de construcción, características, uso de suelo y lineamientos del predio en donde se pretende desarrollar, son resultado de la planeación del CIP Cancún”, se lee en el oficio SPOPA/AAS/019/2015.

El documento, al que EL UNIVERSAL tuvo acceso, fue emitido por la Subdirección de Presupuesto de Obra y Permisos Ambientales del Fondo, el 23 de enero pasado.

Sin embargo, fue el gobierno municipal de Cancún el que posibilitó –a través de la actualización del Programa de Desarrollo Urbano (PDU) 2013-2030- que aquel proyecto del RIU excediera los límites trazados para el sitio, rompiendo con la planeación original de la Tercera Etapa.

El gobierno encabezado por el alcalde, Paul Carrillo, modificó los parámetros urbanos, aumentando la densidad y altura permitidos en el predio.

En el PDU 2005 el uso de suelo TH1, ahí aplicable, marcaba 75 cuartos por hectárea en tres niveles, con un Coeficiente de Uso de Suelo (CUS) de 1.5 y un Coeficiente de Ocupación del Suelo (COS) de 40%.

Con los cambios hechos por la actual administración, la clave mutó a Th/20/Q, lo que permite a RIU una densidad de 270 cuartos por hectárea y no 75; y una altura de 20 pisos, no de tres. El CUS se duplicó y el COS se mantuvo.

“La capacidad instalada que tiene Fonatur, que fue el desarrollador de todo lo que conocemos como la zona hotelera, es una capacidad limitada. En el momento en que hubo una modificación del Programa de Desarrollo Urbano de Cancún, se incrementó el numero de cuartos de hotel.

“Creo que el gobierno municipal y el gobierno estatal tuvieron las razones para hacerlos (los cambios), merece la pena observarlos, solo hay que fortalecer la infraestructura básica que se tiene y es todo (…) Vamos a ser muy estrictos.

Tenemos que garantizar que la infraestructura turística no se vea rebasada porque se modificó el Plan de Desarrollo”, expresó.

Revira Fonatur. Negocian con RIU

Como ocurrió en 2002 -cuando el primer escándalo protagonizado por RIU, que construía un hotel sin permisos ambientales y había violentado la autorización que obtuvo para otro, ambos en Cancún- el tema del nuevo proyecto “Hotel Riviera Cancún”, llevó a los más altos directivos de la cadena española a la Ciudad de México.

En marzo pasado, sostuvieron una reunión con el director de Fonatur, quien confirma el encuentro e informa que, como resultado de éste, el aval se condicionó a la modificación del proyecto, reajustando densidades y altura o a la introducción de infraestructura de servicios.

“Lo que la Semarnat exige es ver de qué manera va a hacer el tratamiento de sus aguas negras, para esos efectos tiene que hacer una ampliación de una planta de tratamiento propiedad de Fonatur.

“Se pidió a la cadena hotelera RIU que se hiciera la inversión para sus propias plantas, pozos de absorción para descarga de aguas o se les propuso que nosotros, Fonatur, ampliáramos nuestra capacidad instalada a costa del proyecto y así accedimos a aceptar que se conectaran con nosotros”, explicó el funcionario.

De este modo –ahondó Gómez Barraza- habrá un precedente de que aquel que quiera incrementar su densidad, tendrá que conectarse a la red de aguas tratadas de Fonatur, generar las conexiones y el tratamiento de sus aguas residuales.

“Esto nos favorece a todos, no a Fonatur, sino a la planta hotelera ya instalada (…) Los particulares tienen que acercarse con nosotros si quieren aumentar su densidad en ciertos lotes que fueron dentro del Plan de Desarrollo Urbano municipal, modificados, es ahí en donde van a participar.

“Estamos todavía en un proceso de negociación (con RIU). Así va a ser, no hay otra forma de hacerlo, el gobierno federal no tiene por qué seguir invirtiendo en infraestructura porque ya está dotada (…) Nosotros lo que estamos diciendo es que no te puedes conectar en mi infraestructura básica, porque no tengo la capacidad, porque ese lote no estaba destinado para esa densidad. Por eso nosotros no autorizamos el proyecto original”, sostuvo.

El proyecto original del Grupo RIU, fue rechazado por la Semarnat, días después de aquella reunión. No obstante, el 19 de octubre fue nuevamente presentado a evaluación de la dependencia federal, con ligeras modificaciones de densidad; unos 30 cuartos menos en promedio. Su licencia de construcción, sin embargo, le permite, posteriormente, ampliarse.

También contempla una planta desalinizadora, de cuya instalación se habían desistido; estructuras de captación para el manejo, control y conducción de las aguas pluviales y una batería de cinco pozos de inyección.