El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Francisco Robles Ortega, indicó que los hechos violentos del fin de este semana en Jalisco colocan a la entidad como uno de los focos rojos de seguridad en el país, como ocurre con Michoacán y Tamaulipas.

"Es provocado; lo que quieren es que nosotros nos distanciemos de nuestras autoridades para luego, como lo hicieron en Michoacán y también en Tamaulipas, ellos salir a ofrecernos la seguridad, pero a cambio de un cobro", señaló el también cardenal de Guadalajara para evidenciar lo que consideró una estrategia del crimen organizado para controlar el territorio.

Tras celebrar la misa dominical en la catedral tapatía, el prelado indicó que varios sacerdotes que hacen su trabajo pastoral en algunos municipios del norte del estado y en los que colindan con Michoacán, han hecho un análisis de la situación en esas regiones y coinciden en que la delincuencia opera a placer porque ha rebasado a la autoridad tras penetrar en las estructuras municipales.

En su opinión, es así como se explica que grupos como el cártel de Jalisco Nueva Generación tengan una capacidad de operación como la que se vio el viernes pasado.

Criticó la forma en la que las autoridades echaron a andar la llamada "Operación Jalisco" para tratar de capturar a cabecillas del cártel, pues "quedó en evidencia que un operativo que estaba destinado a dar un golpe que debilitara a este grupo, manifestó lo contrario".

Sin embargo, Robles Ortega hizo un llamado a los tapatíos a no ser pasivos ni indiferentes ante los actos de violencia generalizada, pues con ello se favorece la integración de muchos jóvenes a lo que llamó "la red del mal".

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