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erika.monroy@eluniversal.com.mx
En Televisa, la oficina de Nuestra Belleza México no existe más. Las instalaciones en donde solía estar el centro de operaciones de Lupita Jones está vacío y sellado.
La edición pasada de marzo fue la última y la ganadora de ese concurso, Denisse Franco, llegará a Miss Universo el próximo año preparándose de manera independiente a la televisora, de la mano de Lupita Jones.
La ex Miss Universo anda por los pasillos de la televisora ahora en reuniones y juntas, mientras concreta y anuncia los cambios y transformaciones del certamen de belleza.
Sin el apoyo de Televisa, explica una fuente de la televisora, Jones buscará la forma de sacar adelante el proyecto que ha liderado por más de dos décadas, al tiempo que participa en una serie y prepara su debut en una obra de teatro breve.
Jones, a quien se le ha buscado sin tener respuesta, ha comentado en sus redes sociales que prepara cambios en el certamen y que éstos pueden no gustarle a los tradicionalistas, pero que el certamen continúa.
Una de las razones por las que la televisora de San Ángel decidió dejar el barco de la belleza porque era muy costoso y dejó de ser negocio.
César Sabroso, quien organizó certámenes de belleza como Miss Latin Model, explica que efectivamente no sólo es una gran inversión de recursos financieros, también de personal y tiempo.
“Son meses y meses de preparación en donde el primer reto son los patrocinadores, convencer a las marcas de que hagan una inversión de su dinero en un evento como ese. Luego viene la parte de las concursantes, que ellas tengan lo mejor para estar ahí y por ende la preparación que eso conlleva y posteriormente encontrar el lugar idóneo en donde se pueda llevar a cabo el evento con audiencia y con todos los requerimientos técnicos para la producción de la emisión”.
Comentó también que esta decisión corresponde al negocio, ya que un evento de calidad necesita inversión. Sin embargo, consideró que esta crisis ocurre en la mayoría de los países.
“Habría que ver qué cosas funcionan en concursos como los de Colombia o Venezuela que se han teñido triunfos”, dijo Sabroso.
La corriente de dinero que envuelve al concurso de belleza como Nuestra Belleza Mexico comienza desde las aspirantes, quienes deben de hacer una inversión de aproximadamente 200 mil pesos.
Tal cantidad cubre temas como arreglos estéticos, dentales, imagen, vestuario, maquillaje, preparación en dicción y locución, entre otros.
De acuerdo con Carlos Emilio Carranza, quien es potenciador de imagen y ha trabajado con aspirantes de Nuestra Belleza en Chihuahua, explica que usualmente esa cantidad de dinero sale del bolsillo de las concursantes y que en ocasiones son patrocinadas por los dentistas, los estilistas y hasta los maestros que las instruyen.
“Si patrocinas a una de las niñas, pues puedes usar su foto, pero si no gana, esa inversión se perdió. Porque tú le apuestas todo a ellas y se acaba cuando no ganan”.
Luego, cuando las concursantes llegan al certamen nacional, los gastos continúan, porque, por ejemplo, no les pagan gastos como la lavandería, explicó Carranza.
El futuro de los certámenes de belleza parece difícil, pero para César Sabroso está la opción de actualizarse. “Lejos de ver esto como un problema, es una oportunidad para hacer un cambio en el formato, ver qué tan actual y qué tanta relación tiene con las mujeres de hoy, qué tan necesario es una pasarela en bikini o en vestido de noche”.
Una opción, agrega, es buscar patrocinios para hacer más actividades turísticas y mostrar México.