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El regreso de la corrupción y el alejamiento de producciones son los riesgos de modificar la Ley de Filmaciones de la Ciudad de México, como se propuso esta semana.

Ayer se hizo pública una carta dirigida a Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno capitalino, firmada por asociaciones de productores, sindicatos y realizadoras, opiniéndose a la medida planteada por Mauricio Toledo.

El martes, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Asamblea Legislativa, propuso que ahora sean las delegaciones quienes participen en la autorizacion de rodajes y grabaciones.

Desde 2009, cuando se publicó la Ley, se creó una ventanilla única a fin de evitar corruptelas y burocratización en los trámites.

La Ley sitúa a la Comisión de Filmaciones local como la única que podía otorgar o rechazar permisos, así como incentivar la llegada de producciones a la ciudad.

Inna Payán, presidenta de la Asociación Mexicana de Productores Independientes, lamenta la propuesta del político de extracción perredista.

“Antes era una cosa mucho más burocrática y a veces incierta, con la Comisión estaba pasando todo bien, con esto si se acepta y si la delegación dice que no, es grave.

“Cuando planeas hacer una película o una serie, haces un programa de trabajo exhaustivo y estratégico, si la delegación dice que no, te rompe totalmente la dinámica de trabajo y quiebra la economía de producción”, detalla.

La propuesta de Toledo se da dos semanas después del incidente entre autoridades de la delegación Cuauhtémoc y la producción Roma, encabezada por Alfonso Cuarón, ganador del Oscar por Gravedad.

Esa vez el delegado Ricardo Monreal retiró personalmente conos de seguridad aduciendo que los permisos no tenían su firma, pese a que integrantes del filme le explicaban que era la Comisión la responsable de otorgarlos.

“La propuesta es un paso para atrás”, destaca Leonardo Zimbrón, productor de Nosotros los Nobles.

“Todo esto comienza a asustar, no dejaremos de filmar, pero sería lamentable que la Ciudad de México dejara de retratarse”, indica.

Zimbrón espera que antes de votarse en el pleno, se pidan opiniones a los involucrados para conocer pros y contras de la medida.

Buen negocio. De acuerdo con Hugo Villa Smythe, titular de la Comisión de Filmaciones en la capital, los rodajes y grabaciones en la CDMX de telenovelas, series, películas, videoclips y publicidad en la ciudad, genera una derrama económica de 3 mil millones de pesos al año.

Hasta el mes pasado se promediaban 30 rodajes al día. El 70 por ciento de trabajos se enclavan en las delegaciones Cuauhtémoc y Coyoacán.

El asambleísta Toledo destaca en su propuesta que ésta es para garantizar el respeto a las personas y a los bienes públicos y privados.

Payán recuerda que en ocasiones han coincidido dos producciones en la misma calle y es cuando se ponen de acuerdo para molestar menos.

“Lo platicamos y ya, una vez coincidí con una serie y compartimos servicios como una planta y ya”, dice.

Zimbrón subraya que las producciones no cierran calles más allá de lo que otros espectáculos generan.

“Hay cosas que de repente cierran el centro como el caso de Roger Waters o en el Monumento a la Revolución y se hace caos; en Coyoacán cierran en Día de Muertos o el 16 de septiembre o durante las actividades navideñas, mientras no entienda esto como una actividad económica, artística y cultural que nos da voz al mundo, no habrá resultados”, apunta.

La carta también es destinada a jefes delegaciones y asambleístas.

Por la tarde, Mancera se refirió a la petición a través de un tuit en su cuenta oficial.

“La industria cinematográfica necesita aoyos, no trabas burocráticas y tramitología”, escribió.

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