La relación policía-sociedad está rota desde hace años en la capital del país. Por el comportamiento de algunos elementos se ha perjudicado la imagen de la corporación. En julio circuló un video en el que se observa a efectivos capitalinos golpear a una mujer. En agosto, otros elementos policiacos disparan y matan a un conductor que quiso eludir un retén del alcoholímetro. Esos son solo los ejemplos que más se han conocido.

Este domingo se difundieron imágenes —que no fueron rechazadas por la autoridad— en las que se observan a policías capitalinos incurrir en abusos contra supuestos habitantes de San Juan Ixhuatepec, localidad que no es jurisdicción de la Ciudad de México, sino mexiquense, durante una persecución para detener a personas acusadas de robo. En el video se aprecia cómo golpean a un hombre tirado en el piso y cómo abren a patadas la puerta de una vivienda.

La versión de la policía de la Ciudad de México señala que luego del reporte de robo a una gasolinera procedieron contra los presuntos responsables, que se habían internado en territorio mexiquense, pero vecinos comenzaron a agredir a los agentes para evitar la detención de los supuestos ladrones. ¿Se podrá garantizar una investigación imparcial para deslindar responsabilidades?

Desde 2016, el país está en la búsqueda de cambiar paradigmas en impartición de justicia, de erradicar detenciones arbitrarias y abusos de la fuerza policial o de fabricación de culpables a base de torturas. Lo ocurrido en San Juanico, así como los hechos que se han documentado este año, dan idea del largo trecho que aún falta por recorrer para colocar en primer lugar el respeto a los derechos humanos. O no se ha dado capacitación a los policías para actuar dentro de la nueva normatividad o lo impartido no se aplica.

Cuando existe un desmedido uso de la fuerza, en ese momento ya importa poco si los detenidos están ligados a hechos delictivos o no. La escena del abuso es lo que prevalece y se utiliza como detonante para que el problema escale al nivel de protesta social, como se dio con el bloqueo de la autopista México-Pachuca durante 20 horas.

La población desea que la policía actúe contra la delincuencia, pero apegada a protocolos que no impliquen la violación a derechos humanos. Es lo único que se demanda. Si se cumpliera, la impartición de justicia comenzaría a tener un nuevo rostro.

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