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El ex convento de la Merced, en el Centro Histórico, albergará un centro de difusión de la música tradicional mexicana que será administrado por la Fonoteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Tras su polémica restauración durante la administración pasada, el claustro de este edificio construido en el siglo XVII por la orden de los mercedarios ha permanecido cerrado, sin un proyecto definido. Ahora, el instituto ha decidido instalar ahí un espacio para que su acervo sonoro difunda los fondos sobre música tradicional y tradición oral que resguarda en el edificio de Córdoba 47, en la Roma. “La Fonoteca mantiene su sede en la colonia Roma y allá se trasladarían aquellas funciones que tienen que ver con la difusión de ese acervo; también se podrán organizar exposiciones, conferencias, conciertos”, dijo a EL UNIVERSAL Arturo Balandrano, coordinador Nacional de Monumentos Históricos.

El proyecto fue planteado ante el Consejo de Monumentos Históricos del INAH y fue aprobado. Lo que lo ha detenido es la falta de presupuesto. “Se está evaluando cuáles son los proyectos de mayor prioridad al que pudiéramos dedicarles dinero y éste es uno”.

Con este nuevo planteamiento, el edificio donde el ex director del INAH planeaba construir un Centro Nacional de la Indumentaria y el Diseño Textil, se convertirá además en un espacio que enriquecerá la oferta cultural en el Centro Histórico. “El lugar está pensado para que se aproveche, para que sea un centro cultural muy ligado con la población local, que permita a los jóvenes, en una zona donde el comercio ambulante venden discos pirata, tener un acercamiento con la música tradicional mexicana”, sostuvo.

Balandrano afirmó que para poder hacer uso del inmueble se ha retomado la idea de colocar la cubierta de cristal que tanto había sido cuestionada por arquitectos y especialistas en conservación debido al riesgo que el peso de ese techo y la estructura que lo sostiene (80 toneladas) representaba para el edificio histórico. “Se decidió que la cubierta se mantuviera y se coloque porque es muy importante proteger el patio y la cantería labrada de los arcos, están expuestos a la erosión de la lluvia ácida, a la humedad y cambios de temperatura que la dañan”

Añadió que es necesario para que en el patio se puedan realizar eventos culturales, conciertos y conferencias.

Según Balandrano, no habría ningún riesgo para el inmueble, ya que la estructura de acero que sostendrá el techo no está anclada a la estructura original del recinto. “Está libremente apoyada sobre las nuevas techumbres. No está anclada a la estructura original del inmueble para que, por ejemplo, en el caso de un sismo, esto actúe de manera independiente a la estructura histórica”.

Además, dijo, el peso que este techo podría representar para el inmueble es menos al que se le quitó cuando durante la restauración se le retiró una serie de lozas de concreto en el entrepiso y las cubiertas. “En los entrepisos se le quitaron lozas de concreto que indebidamente se habían puesto en el siglo XX y que estaban teniendo un efecto de sobrepeso, que hacían que el edificio se hundiera más rápido. Se quitaron y se pusieron unas lozas aligeradas que le quitaron un peso mayor a la estructura, que también se consolidó para que no se deforme”, dijo.

La cubierta que se instalará sobre esa estructura blanca que actualmente se puede ver en el techo del edificio ubicado en República de Uruguay será un cristal templado que no impida el paso de la luz solar, ya que ésta “permite apreciar desde la mañana hasta la tarde distintos claroscuros del labrado de la cantera”.

En la parte norte del recinto, junto a la Plaza Alonso García Bravo, se construirá un anexo que incluirá las áreas de servicio. La entrada al nuevo recinto cultural será por esa zona, no por República de Uruguay. Según el arquitecto, la fachada original del convento daba hacia el norte, por lo que ahora se busca que la entrada sea por esa zona.

Balandrano sostuvo que la colocación del techo de cristal no romperá con la imagen histórica del inmueble, que es otro de los temas cuestionados del proyecto. “Hoy se logra ver todavía la estructura, pero cuando hagamos el anexo, frente a la plaza, vamos a taparla y ya no se verá”, dijo.

La estructura metálica que sostendrá el techo de cristal fue colocada desde 2012 y para su fabricación y colocación se gastaron 19 millones de pesos.

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