De acuerdo con Arturo Ortiz Wadgymar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, menos de 1% de la población mexicana está haciendo negocios muy exitosos con el petróleo, como resultado de la reforma energética.

“Estos negocios están dando altísimos rendimientos, sí, pero sólo a un pequeño grupo de políticos y empresarios mexicanos e inversionistas extranjeros que, por otro lado, es el que se encargó de preparar las cifras sobre el crecimiento económico del país que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México nos presentaron, avaladas obviamente por el Fondo Monetario Internacional.”

Durante la mesa redonda “La economía mexicana 2015-2016 (versión no oficial)” —organizada por la Unidad de Investigación sobre Economía Mundial del IIEc—, Ortiz Wadgymar dijo también que estas cifras sobre el crecimiento económico del país han sido recibidas por los expertos con una sorpresa que se ha vuelto susto.

“En un contexto en el que la renta petrolera se redujo a la mitad nos acaban de informar que, mientras la economía de muchos países está decreciendo, la del nuestro registró en 2015 un crecimiento de 2.5%. Pero la realidad es que ese crecimiento de 2.5%, que de por sí es bajo, únicamente lo han tenido los grupos empresariales, financieros y transnacionales vinculados a la extracción petrolera.”

Por su parte, Emilio Romero Polanco, también investigador del IIEc, comentó que, desde principios de la década de los años 80 del siglo pasado, el modelo neoliberal de cada gobierno en turno no se ha caracterizado en ningún momento por garantizar un crecimiento económico sostenido, porque ese no es su objetivo.

“Si la economía de México creció 2.5% y este crecimiento es mayor que el crecimiento de la población, podríamos pensar que a lo mejor no estamos en bonanza como los chinos, pero que algo queda. El problema es saber qué nos toca. Y descubrimos que casi no nos toca nada porque, si uno revisa las tendencias de la distribución de la riqueza en un país como México, que es el más desigual de América Latina y uno de los más desiguales del mundo, ésta pertenece a una minoría cada vez más estrecha, pero también cada vez más poderosa de la población”, agregó.

Oxfam, una confederación internacional formada por 17 ONGs que realizan labores humanitarias en 90 países, publicó no hace mucho un informe en el que se señala que 1% de los mexicanos —unos 120 mil individuos— controla 43% de la riqueza de México, un país donde 60% de la población padece algún grado de pobreza (más de 15% vive en situaciones de extrema pobreza).

“Es decir, México tiene un problema no sólo de un crecimiento económico lento, sino también de una desigual distribución de la riqueza”, abundó Romero Polanco.

En cuanto al anuncio de que este año se recortarán 132 mil millones al gasto público, de los cuales 32 mil millones se aplicarán al gobierno federal y 100 mil millones a PEMEX, el investigador se preguntó si —en el caso de que se piense que esta empresa paraestatal todavía tiene un papel relevante que jugar en el futuro, en un contexto en que el precio del barril de petróleo se colapsó y el negocio petrolero se abrió a las grandes transnacionales— no sería mejor liberarla de la asfixia financiera a la que sistemáticamente ha sido sometida, vía impuestos, por el gobierno federal.

“Hay que recordar que por cada peso que entra a PEMEX, 80 centavos se van al fisco. Además, ¿qué tanto se justifica un recorte presupuestal que incluye el despido de 25 mil trabajadores?”

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