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Luego de la rabia, el dolor y la frustración de sentir que podía hacer muy poco por ayudar a los cientos de niños migrantes que se defienden ante la corte migratoria de Nueva York, la escritora mexicana Valeria Luiselli optó por la escritura, por darles voz a esos niños a través de un libro de ensayos que pone en evidencia una grave problemática.

A partir de su trabajo como traductora, Luiselli pudo conocer de primera mano el enredado proceso legal del que, literalmente, depende el futuro de los miles de niños centroamericanos que arriesgan la vida para cruzar las fronteras de México y Estados Unidos. Las decenas de testimonios conocidos le permitió escribir Los niños perdidos. (Un ensayo en cuarenta preguntas) (Sexto Piso), un libro fundamental que observa la realidad de los niños migrantes.

“Escribí el libro con una aspiración de incidir aunque sea mínimamente en el vocabulario y en la discusión pública en Estados Unidos, en donde esto había pasado como noticia y luego había desaparecido. Mi intención ahí era generar algo más duradero y generar una preocupación compartida por la clase letrada, por la gente que lee estas cosas, y que permeara en otras esferas poco a poco”, señala Valeria Luiselli.

El libro se publicó primero en inglés y comenzó a tener repercusiones, le llamaron de la Radio Pública para hacer un episodio de su serie de vidas, la contactaron organizaciones para que les contará más sobre el tema. “Hasta cierto punto sí funcionó como un pivote que no logra tener la ficción”. Ahora el libro se publica en español, como ha sido la dinámica en otros de sus libros, primero inglés y luego español, o de manera paralela en los dos idiomas.

Los datos son alarmantes y eso que no existen cifras oficiales confiables, no sólo en México sino también en Estados Unidos. La narradora y ensayista asegura: “El infierno real que viven los niños migrantes es México. La realidad es que no se sabe cuántos de los niños que salen de sus países llegan a Estados Unidos. Por ejemplo, en no más de un año hubo un registro de 11 mil 333 secuestros, esos son los que están registrados, hay más de 200 mil centroamericanos desaparecidos, encontramos todas las semanas fosas comunes”.

La también autora de Papeles falsos, Los ingrávidos y La historia de mis dientes dijo que aunque a ella le ha tocado entrevistar sobre todo a niños de entre cinco y siete años, llegan más chicos, pero nunca ha visto en la corte de migración a un niño menor de cinco.

“Sin embargo, la gran mayoría son jóvenes varones de entre 13 y 17 años, porque son la población más vulnerables a ser captada por las redes de la MS13 y la Calle18 y la gran mayoría viene huyendo de las gangas, del intento de reclutamiento de las pandillas”.

A esa estadística se suma “una suposición terrible” que Valeria Luiselli tiene: “Que muchos de los niños no la hacen, que es más fácil que un jovencito adolescente, que tiene más fuerza y corre más rápidamente se pueda subir más rápido a La Bestia y con más fortaleza de llegar a la frontera gringa, y que un niño de cinco no tiene tantas chances de llegar”, dice la narradora.

Los niños perdidos. (Un ensayo en cuarenta preguntas) es un testimonio brutal, íntimo, escrito con una prosa franca, brillante y lúcida. “La historia personal que cuento es uno de los andamios como para entrar al tema de la historia de los niños”.

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