Pese a que las nanopartículas poseen un tamaño más pequeño que el diámetro de un alfiler, este tipo de partículas microscópicas podrían ser usadas por los médicos para contrarrestar los efectos adversos del cáncer en quimioterapias.

En un comunicado la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que los fármacos tradicionales contra el cáncer tienen consecuencias secundarias que se podrían disminuir mediante el uso de nanopartículas.

“La ventaja que se busca a través del uso de nanopartículas en el tratamiento contra el cáncer es que éstas se unan directa y exclusivamente a las células tumorales”, explicó la profesora de la Facultad de Química de la UNAM, Elia Brosla Naranjo Rodríguez.

Expuso que ello ayudaría a disminuir las dosis de medicamentos y, por ende, los efectos adversos, y aunque aún no se consigue esta capacidad, cuando se logre será un gran avance pues el beneficio sería una quimioterapia más efectiva y menos dañina.

Otro uso de las nanopartículas en el ámbito médico podría ser para la transportación de fármacos que mejoren la selectividad del tratamiento, al tiempo que se pueden añadir sustancias que faciliten el reconocimiento de células y tejidos.

“Esto significa que permiten que se localice mejor el sitio de acción donde se debe liberar el medicamento, con una eficacia de tan sólo segundos, en comparación con fármacos que pueden hacer efecto después de 10 o 15 minutos”, destacó Naranjo Rodríguez.

La especialista manifestó que las nanopartículas también pueden ser promotoras del crecimiento óseo al permitir la regeneración de huesos, mientras que en los protectores solares estimulan la dermis de tal manera que la protegen contra los rayos solares.

Las nanopartículas se hacen a base de diferentes materiales, las cuales también son usadas en la ropa deportiva para evitar malos olores, así como en la industria de la construcción y automotriz.
La palabra nanopartícula está compuesta por el prefijo griego “nano” que significa “enano” y que en el campo de las nanociencias simboliza la mil millonésima parte de algo.

“Una partícula enana que, para ser visible al ojo humano, requiere de ser observada mediante un microscopio y es tan pequeña que tiene una dimensión menor a 100 nanómetros”, mencionó Naranjo Rodríguez.

En la actualidad las partículas microscópicas se usan en trabajos de restauración dental, endodoncias o incrustaciones de porcelana, en donde se utiliza un adhesivo con nanopartículas de silicio, cuya función es formar uniones fuertes entre el esmalte y las coronas.

jpe

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