Las adolescentes que se embarazan entre los 10 y 15 años son quienes se encuentran más expuestas a desarrollar problemas de salud física y mental, señaló el doctor Luis Armando Martínez Gil, de la Facultad de Medicina de la UNAM.

A esas edades, la pelvis aún no es apta para soportar el peso de un feto, además el desarrollo de la vagina y el cuello uterino es insuficiente, lo que puede afectar la formación del bebé.

Agregó que las madres adolescentes pueden presentar preeclampsia o hipertensión arterial, acompañada de convulsiones y estados de coma (eclampsia), anemia, infecciones en las vías urinarias o de transmisión sexual, e incluso, parto prematuro o aborto.

Mientras que el bebé podría tener bajo peso, nacer de manera prematura, con un tamaño inferior para la edad gestacional y otras complicaciones como lentitud en el desarrollo cognitivo.

Sin embargo, si la joven madre lleva un adecuado control natal, aumenta la probabilidad de que su embarazo llegue a buen término.

Impacto psicológico

Ser madre adolescente es una problemática que no solo condiciona la salud física de las mujeres, también vulnera las esferas psicológicas, sociales, culturales y educativas. El 90% de las adolescentes abandona la escuela por la maternidad, indicó la maestra Ena Niño Calixto, académica del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Las adolescentes embarazadas pueden ser víctimas de estigmatización social a nivel familiar, escolar, laboral e incluso religioso, y sufrir desaprobación, rechazo o violencia de género que pueden hacerlas propensas a experimentar sentimientos de soledad, vergüenza, culpa, baja autoestima y depresión.

El embarazo también puede repercutir en la formación académica de la joven madre, ya que muchas optan por desertar de la escuela o bajan considerablemente su rendimiento, condición que puede tener agravantes a futuro en la búsqueda de empleo y mejores condiciones laborales.

Se estima que en México más de 450 mil partos son de una joven de entre 15 y 19 años de edad y alrededor de 11 mil de adolescentes entre los 10 y 14 años.

La maestra Ena Niño Calixto concluyó que el embarazo adolescente suele ser consecuencia de la mala información.

“Los adolescentes no reciben información suficiente sobre los cambios biológicos en su cuerpo, lo que repercute en su salud sexual y reproductiva, ya que al no contar con información sobre métodos anticonceptivos e higiene sexual pueden comenzar a experimentar su sexualidad siendo propensas a contraer alguna enfermedad venérea o tener embarazos no planeados”.

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Dirección General de Divulgación de la Ciencia / UNAM

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