Usando el telescopio espacial Hubble de la NASA, los astrónomos han realizado la primera búsqueda de atmósferas dentro los planetas templados con el mismo tamaño de la Tierra, pero que se encuentran fuera de nuestro sistema solar y los resultados, hasta ahora, muestran que existen posibilidades de habitar dos de ellos.

En concreto, descubrieron que los exoplanetas TRAPENSE-1b y 1c-TRAPENSE , a unos 40 años luz de distancia, es probable que tengan atmósferas de hidrógeno, que por lo general se encuentran en los mundos gaseosos.

Se trata de dos mundos rocosos. Así son dos de los exoplanetas de tamaño similar a la Tierra encontrados recientemente en un sistema vecino, lo que refuerza la idea de que pudieran ser habitables, según el primer estudio de sus atmósferas que publica hoy la revista Nature.
En mayo pasado, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad belga de Lieja anunciaron que habían descubierto un sistema planetario, el TRAPPIST-1, a solo 40 años luz en el que había tres planetas de un tamaño similar al nuestro y que podrían ser habitables.
Ahora, tras los primeros análisis, los mismos expertos han descubierto que dos de esos exoplanetas, situados en la zona más interna del sistema, son esencialmente rocosos a diferencia de los gigantes gaseosos similares a Júpiter.
Esa circunstancia "refuerza aún más el argumento que de que esos planetas puedan ser, de hecho, habitables", según un comunicado del MIT.
Además, la atmósfera de ambos planetas parece no ser "amplia y difusa, como la de Júpiter, sino compacta, similar a la de la Tierra, Venus y Marte", que son planetas rocosos.
Los dos exoplanetas fueron observados por el telescopio Hubble cuando pasan, casi de manera simultánea, por delante de su estrella, una circunstancia muy excepcional que ayudó a los astrónomos en su observaciones y mediciones de la atmósfera de ambos al mismo tiempo.
"Los datos eran clarísimos, totalmente perfectos y las observaciones fueron las mejores que podíamos esperar, aseguró el autor principal del estudio, Julian de Wit, del MIT. "La fuerza estuvo, sin lugar a dudas, con nosotros", asegura en la nota.
Aunque ya se puede asegurar que son rocosos, aún hay que determinar la composición de sus atmósferas, que puede ser similar a la de Venus -dominada por dióxido de carbono-, a la de la Tierra -como nubes pesadas- o incluso una atmósfera agotada como la de Marte, indicó Wit.

jpe

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