Para el escritor argentino Julio Cortázar, hay una importante diferencia entre el humor y la comicidad. Mientras que la comicidad busca hacer reír sin perseguir alguna proyección posterior, el humor va mucho más allá del chiste, contiene una crítica, una sátira o una referencia a un mensaje profundo.

Y es en el humor donde el físico y divulgador Sergio de Régules ha encontrado una herramienta literaria para atraer a los lectores hacia una ciencia nada acartonada, llena de historias, errores, éxitos y nuevas interrogantes.

Mediante artículos, libros y programas de radio, Sergio de Régules ha bajado la ciencia de su pedestal para presentarla como lo que realmente es, una construcción humana fascinante.

“La mayoría de la gente siente que para hablar de ciencia debe ponerse en un tono muy serio, ponerse una bata o una corbata, ponerle al lector una camisa de fuerza y subirse a un pedestal a dar cátedra, y eso es lo peor, yo siento que eso aleja al lector. ¿Quién se va a acercar a escuchar a una persona que está dando clase con el 'dedito regañón'? En cambio si ves a alguien que está interesando y divirtiendo a la gente, claro que te acercas”, le comentó a la Agencia Informativa del Conacyt.

Desde niño, Sergio de Régules se acercó a la literatura humorística y fue de personalidad más bien “chistosita”. Así que, mientras ganaba soltura como escritor, el humor comenzó a aparecer naturalmente en sus textos. Fue entonces cuando descubrió en el ingenio parte de su voz y decidió aprovecharlo para construir un camino como narrador de historias de ciencia.

“Ya después de muchos años de escribir puedo decir que el humor es una herramienta excelente. Porque, ¿qué necesitas tú para enganchar al lector? Necesitas que confíe en ti, que se sienta seguro contigo”, comenta el divulgador, quien hoy en día trabaja en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El humor como herramienta para divulgar la ciencia

Para Sergio de Régules, la escritura con estilo humorístico y personal tiene mucho poder de penetración en los lectores. El uso del humor y de las anécdotas personales en sus textos le ha permitido crear una relación estrecha con sus lectores y a la vez acercarlos a una de sus grandes pasiones, la ciencia.

El lector de divulgación científica necesita sentir que la persona que le habla tiene la suficiente autoridad para narrarle cosas interesantes, pero al mismo tiempo la capacidad para no hacerlo sentir humillado y, en el mejor de los casos, divertirlo, comenta el escritor.

“Como autor conviene establecer una buena relación de confianza, seguridad y hasta gusto con tu lector, de aquí que el humor sea una herramienta buenísima. Siempre que alguien te hace reír, lo agradeces”, opina el escritor.

jpe

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