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De las 62 personas más ricas en el mundo que aumentaron su fortuna 44% en los últimos cinco años, destacan cuatro multimillonarios mexicanos que se han beneficiado de las privatizaciones y concesiones del sector público, según un reporte de Oxfam.

En un nuevo informe sobre desigualdad titulado Una Economía al servicio de 1%, el organismo internacional integrado por 17 organizaciones no gubernamentales, dice que el modelo económico funciona sólo para una minoría, mientras que la marginación crece entre los pobres.

De México, destaca cómo se concentra la riqueza en unas personas.

El documento, que se presenta en vísperas del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) que se lleva a cabo cada año en Davos, Suiza, destaca que en 2002 la riqueza conjunta de cuatro multimillonarios mexicanos es equivalente a 2% del Producto Interno Bruto (PIB), cifra que subió a 9% para 2014.

“Buena parte de las fortunas de estas cuatro personas procede de sectores que han sido privatizados o dependen de la adjudicación de concesiones y/o regulación del sector público”, dice.

Como ejemplo se señalan los casos de empresarios como Germán Larrea y Alberto Baillères, dueños de empresas mineras que aprovecharon muy bien el auge de los precios de las materias primas básicas.

En México y Brasil, los pueblos indígenas son los que han resultado más perjudicados por la destrucción de sus tierras ancestrales a causa de la erosión de los bosques, provocada por las actividades mineras o agricultura intensiva a gran escala, advierte.

En 2015, la fortuna de 62 los más ricos del mundo equivalía a la de 3 mil 600 millones de personas juntas, es decir, la mitad de la población más pobre que ha visto desplomar su patrimonio en 41%. Este grupo de ricos se redujo de 388 que había hace 15 años a 62, pero su fortuna se incrementó 44% en los últimos cinco años.

Lo anterior, según Oxfam, debido a que el modelo económico permite un entramado mundial de paraísos fiscales y floreciente industria de la evasión fiscal en donde se ocultan fortunas por 7.6 billones de dólares.

Oxfam afirma que se vive una crisis de desigualdad fuera de control provocada por el sistema económico que favorece sólo a los más poderosos.

Por eso invita a los líderes mundiales que asisten al WEF (del 20 al 23 de enero) a poner fin a la era de paraísos fiscales que permite el enriquecimiento a costa del trabajo medio.

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