El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó este martes su previsión de crecimiento mundial por cuarta vez en un año, tras apuntar a la ralentización de China, los precios del petróleo persistentemente bajos y la debilidad crónica en algunas economías avanzadas.

El Fondo, cuyas reuniones de primavera boreal junto a las del Banco Mundial se celebrarán en Washington esta semana, prevé que la economía mundial crezca un 3.2 por ciento en 2016, frente a una previsión anterior de una expansión de 3,4 por ciento en enero.

En sus últimas Perspectivas Económicas, el Fondo advirtió sobre el riesgo generalizado de estancamiento y dijo que un crecimiento más débil podría hacer que la economía mundial fuese más vulnerable a crisis como depreciaciones de divisas o empeoramiento de conflictos geopolíticos.

El Fondo instó a las autoridades globales que acuden a las reuniones del FMI y el Banco Mundial a adoptar acciones coordinadas para impulsar la demanda, con reformas económicas estructurales, estímulos fiscales en los casos en que sea posible y una política monetaria expansiva.

"Un crecimiento más bajo implica menos margen de error", dijo el economista jefe del FMI Maurice Obstfeld en un comunicado. "Un crecimiento lento y persistente tiene efectos (...) que reducen la producción potencial y con ello, la demanda y la inversión", añadió.

El FMI redujo la previsión de crecimiento de Japón a la mitad al 0.5 por ciento en 2016 y dijo que la economía de Brasil se contraería un 3.8 por ciento este año frente a la previsión anterior de un declive del 3.5 por ciento, mientras la mayor economía de América Latina afronta su peor recesión en décadas.

Mientras, Estados Unidos, uno de los puntos relativamente positivos de la economía mundial, también vio recortadas sus previsiones a una expansión de 2.4 por ciento en 2016 desde el 2.6 por ciento. El FMI anticipó una caída de las exportaciones por un dólar más fuerte, mientras que los precios del petróleo mantendrán la debilidad de las inversiones en energía.

Además, el organismo elevó las perspectivas de crecimiento para China ligeramente al 6.5 por ciento este año y al 6.2 por ciento en 2017, en parte debido a estímulos previamente anunciados. Pero dijo que sigue esperando que el crecimiento chino continúe debilitándose mientras realiza la transición a una economía basada en el consumo.

"Una ralentización más pronunciada en China que la actualmente proyectada podría conllevar fuertes contagios internacionales a través del comercio, precios de materias primas y confianza, y llevar a una ralentización más generalizada en la economía mundial, especialmente si recorta más las expectativas de beneficios futuros", dijo el FMI.

Estas nuevas perspectivas se dan a conocer luego de revisiones a la baja en julio, octubre y enero.

Obstfeld dijo que el crecimiento global podría debilitarse fácilmente por las últimas perspectivas del FMI, que podrían reforzar la espiral deflacionaria de un crecimiento más débil que erosionase la potencial producción futura. Dijo que este fenómeno es conocido en círculos económicos como "estancamiento secular".

También indicó que un crecimiento persistentemente bajo podría reforzar la percepción sobre las desigualdades económicas y alentar políticas nacionalistas y proteccionistas, sobre todo en la zona euro, lo que también podría reducir el potencial de los países.

tcm

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