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Según el reporte Tendencias de seguridad en América Latina y el Caribe de la Organización de los Estados Americanos (OEA), tan solo en México los costos anuales generados por ciberdelitos en 2014 ascendieron a 3 mil millones de dólares, afectando al sector público, privado y civil. Los riesgos en materia de seguridad cibernética que fueron denunciados incluyen desde malware, phishing y hackeos, hasta incidentes de fraude y extorsión, difamación, amenazas, robo de contraseñas, suplantación de identidad y acoso.

De igual manera, nuestro país está viendo un crecimiento gradual en la penetración de los ciudadanos en internet y este panorama no sólo beneficia a la población, sino también a diversos ciberdelincuentes que verán a nuestro territorio como un mercado con grandes posibilidades, de acuerdo con Christian Fredrikson, presidente de la compañía de seguridad F-Secure.

En entrevista para TECH-BIT, el directivo afirmó que, aunque esto puede sonar poco prometedor, también es un posibilidad para que usuarios y empresas tomen conciencia de la importancia de la seguridad en línea, ya que en la actualidad se ha visto un crecimiento en los ataques de ransomware, es decir, programas informáticos que restringen el acceso a determinadas aplicaciones o programas a cambio de un pago. “Los delincuentes usan softwares maliciosos para extorsionar a las personas bloqueando sus equipos fijos y móviles. Debido al uso de monedas virtuales como los bitcoins es mucho más fácil que estos individuos pidan un rescate por los datos o la información personal y no sean detectados o seguidos después del delito”.

De igual manera, describió que el Internet de las Cosas (IOT, por sus siglas en inglés) será clave en el futuro porque todos los dispositivos de un hogar estarán conectados a la web. “No se trata de que alguien trate de hackear tu refrigerador o tu bombilla, sino de que estos serán los puntos más vulnerables para acceder a tu red y por ende a tus datos personales”.

Incluso, dijo que los dispositivos móviles serán clave al ser uno de los puntos más buscados para atacar. Esto se debe a que ahora muchos servicios los usan como una fuente de autentificación para aprobar transacciones o movimientos en línea.

Asimismo, de acuerdo con el Índice global de seguridad 2014 liberado a inicios del año en curso por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el país cuenta con un bajo nivel de preparación ante ciberamenazas.

Este estudio evalúa la respuesta de los países ante la inseguridad cibernética, utilizando una escala de entre 0 y 100 puntos. México cuenta con una calificación global de 32.4, lo cual implica que se encuentra 12.3 puntos por debajo del promedio a nivel global.

Mayor soberanía en la web

En este aspecto, Fredrikson indicó que existen cuatro tipos de personas que buscan penetrar las redes. La primera son los hackers, que son una pequeña proporción y su meta son ideales políticos demostrando su poder. El segundo grupo se compone de individuos que sólo buscan dinero; en este rubro se colocan quienes buscan datos sensibles y personales con los cuales puedan lucrar.

Un tercer compendio es el de los terroristas, que aunque en el presente se dedican a actividades en el mundo físico, según el representante de la marca “están despertando” y están aprendiendo de las posibilidades del ciberespacio.

Sin embargo, el propio directivo destacó el cuarto rubro que es el del mismo gobierno, ya que ahora con diferentes objetivos militares o de otra índole se han dedicado a investigar incluso a sus propios ciudadanos, como se ha visto en diferentes partes del mundo, en especial con el caso de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

Para esto, el experto comentó que es necesaria una legislación en términos de privacidad y de digitalización, ya que de lo contrario se perderá la confianza en internet por casos de espionaje como estos. “La democracia en la web es tan importante como en el mundo físico”.

Añadió que todos los países, incluido México, están atrasados en el rubro, ya que la tecnología avanza de manera constante y es difícil llevar el paso; sin embargo, el objetivo debe ser estar lo menos rezagado posible y en nuestro país se está comenzando a trabajar al respecto.

De este modo, la firma de análisis The CIU explica que las principales fortalezas de México se encuentran en las medidas técnicas, mientras que su principal debilidad son las orgánicas. Esto indica que se cuenta con algunas instituciones y marcos técnicos de ciberseguridad, incluyendo equipos contra incidentes cibernéticos, pero no se cuenta con una planificación y estructuras orgánicas que promuevan la implementación de medidas de este tipo de seguridad entre distintos sectores e instituciones.

“Resulta de gran importancia comenzar con la pronta elaboración e implementación de estrategias y planes nacionales que agilicen la transición hacia un ciberespacio seguro en que sea posible aprovechar al máximo los enormes beneficios que generan estas nuevas tecnologías”.

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