Los precios al consumidor de Estados Unidos registraron su mayor caída en ocho meses en septiembre por un descenso del costo de la gasolina, pero un repunte constante de las presiones subyacentes sobre los precios debería atenuar los temores de que se afianza una tendencia de desinflación.

El Departamento del Trabajo dijo el jueves que su índice de precios al consumidor bajó 0.2 por ciento el mes pasado tras caer 0.1 por ciento en agosto.

Economistas encuestados por Reuters esperaban un descenso del IPC de 0.2 por ciento en septiembre.

tcm

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